Según fuentes de Junts Lloret, la decisión de Torres no solo supone la pérdida de una oportunidad política para formar un nuevo gobierno futuro, sino que también garantiza la continuidad de Adrià Lamelas como alcalde, quien gobierna en minoría. El partido, liderado por Jordi Martínez, asegura que la propuesta del gobierno de Illa a Torres ha sido un claro intercambio de favores, en el que se garantiza el apoyo institucional para mantener a Lamelas en el cargo a cambio del nombramiento de Torres en un alto cargo remunerado.
"Lara Torres ha traicionado al pueblo de Lloret", declaró Martínez. "Después de haber trabajado en un proyecto alternativo al gobierno socialista, su aceptación del cargo demuestra que ha puesto sus intereses por encima de los de la ciudadanía". Además, Junts Lloret subraya que la figura de Torres siempre ha defendido un modelo municipalista, una imagen que ahora queda en entredicho tras este movimiento.
El cargo que ocupará Torres en la Generalitat, según el Portal de Transparencia, está remunerado con 93.160,26 euros anuales, una cifra que Junts Lloret no ha dejado de destacar en sus críticas. "Su prioridad ha sido asegurarse un sueldo público, mientras que Lloret seguirá con un gobierno en minoría y con pocas perspectivas de cambio", lamenta Martínez.
A pesar de este giro inesperado, Junts Lloret asegura que continuará trabajando con compromiso para la ciudadanía, insistiendo en su misión municipalista y alejada de los juegos políticos que consideran que están detrás de este nombramiento. "Nosotros seguiremos al lado de la gente de Lloret, como siempre hemos hecho", concluyó el portavoz.
Este episodio pone de manifiesto las tensiones internas entre las formaciones políticas del municipio y dibuja un panorama incierto para los próximos años, con un gobierno municipal que Junts Lloret acusa de estar sostenido por las decisiones del gobierno catalán, más que por el apoyo de los lloretenses.