El despliegue, la seguridad, el show… nada falló a una organización en la que tomaron parte compañías americanas, profesionales británicos y un brazo español, perfectamente conocedor del terreno, que no por casualidad, contribuyó al éxito rotundo de un espectáculo que dejó a las masas hipnotizadas.
En el entorno que estuvo durante semanas trabajando para este hito son taxativos: “nos hemos dejado la piel, sabíamos que Marbella podía parecer una apuesta arriesgada pero para nosotros era segura, por su proyección internacional, por su cosmopolitismo, por su vinculación con el lujo y el alto standing… en muchos sentidos es un imán y así se demostró, con una retransmisión que llegó al mundo entero”.
Uno de esos colaboradores de la promotora ‘Bare Nuckle’ ha sido desde la Costa del Sol alguien como Cristian Caballé, que viene con una experiencia de años en la organización precisamente de eventos con los deportes de contacto como protagonistas, y que es honesto en sus comentarios: “ha sido un trabajo increíble en equipo, profesionales absolutos dominadores de cada una de las partes que conlleva la organización de un show mundial de esta dimensión. Todos trabajando con pasión muchas semanas, día y noche, sin reloj; creo que ésa ha sido una de las recetas y ahí están los resultados. Más allá de los números, llegaron celebrities de medio mundo y no quedó ni una mesa vip vacía”, señala Caballé.
El gran ideador del fenómeno, del ‘Bare Knuckle Fighting Championship’, es David Feldman, un empresario de primera magnitud y que es visto como el nuevo genio de los deportes de combate, que ya ha llevado a sus hombres a Canadá, México, Tailandia, Inglaterra, Bulgaria… y España, una compañía que en sólo seis años de vida está valorada en 400 millones de euros. Su grito es ahora fuerte: “queremos meter a 60.000 personas en el Bernabéu en abril o mayo de 2025”. Seguro que, junto al cerebro, Feldman encontrará para esa misión el mejor músculo entre los profesionales españoles.