En términos generales, cuando una compraventa se realiza a través de una agencia inmobiliaria, lo usual, en la mayoría de casos, es que “el vendedor sea quien se haga cargo de la comisión de la agencia”. No obstante, “no hay una regulación concreta que determine de qué forma debe distribuirse este pago y la nueva Ley de Vivienda tampoco ha realizado cambios en este sentido, por lo que la situación sigue siendo indefinida cuando nos encontramos ante una compraventa”, explica Quintana.
El experto detalla que en España “es habitual que las inmobiliarias cobren una comisión únicamente al vendedor, salvo en la Comunidad Valenciana y en algunas zonas del sur del país, donde también se cobra un pago por honorarios al comprador del inmueble. En la mayoría de los casos, cuando se ejecuta este cobro, por regla general, la cifra es cercana al 5% del total de la compra. Todo ello teniendo en cuenta se le debe añadir el 21% de IVA”.
Cambios de tendencia
En los últimos tiempos, según Quintana, “la tendencia está cambiando”, y muchas empresas inmobiliarias están explorando la posibilidad de “repartir y ajustar los honorarios en función de los servicios proporcionados a cada cliente”. Este enfoque permitiría “una mayor flexibilidad en la estructura de tarifas y brindaría a los clientes la capacidad de elegir la agencia que mejor los representa”, explica Quintana. Esto, a su vez, según el criterio del experto “ayudaría a fomentar la colaboración entre profesionales inmobiliarios, aliviando las tensiones relacionadas con la distribución de honorarios cuando el reparto recae en los honorarios que pagan los vendedores”.
De igual modo, para el CEO de VIVENDEX, desde la perspectiva de las agencias inmobiliarias, la posibilidad de establecer honorarios diferenciados según el tipo de propiedad también es una propuesta interesante. “No todas las propiedades son iguales; la dificultad y la oferta y demanda varían significativamente. Por ejemplo, la venta de un ático puede ser más simple a efectos de vendedor debido a la escasa oferta y sumamente compleja para un comprador debido a la alta demanda, lo que podría justificar la carga de honorarios en gran medida sobre el segundo”, explica Quintana. “Este enfoque flexible podría adaptarse a la realidad del mercado y brindar oportunidades de comunicación específica, así como de flexibilidad en los honorarios”, afirma el experto.
Para el experto, “el cambio es inevitable, y es responsabilidad de todos los actores de la industria abrazar esta evolución en beneficio del mercado y, sobre todo, del usuario final”, concluye.