Los sistemas de gestión de calidad son herramientas fundamentales para cualquier organización que desee mejorar su desempeño y garantizar la satisfacción de todos sus clientes.
Hablar de sistema de gestion de calidad, es referirse a un conjunto de medidas que una organización implementa con la finalidad de que sus productos o servicios cumplan con todos esos requisitos y exigencias de su público objetivo y clientes. Es una forma estructurada de gestionar todas las actividades que intervienen en la calidad de lo que se produce o se ofrece.
Los SGC están diseñados para optimizar los procesos de manera efectiva, reduciendo los costes, aumentar la productividad y fortalecer la imagen de la organización. Al implementarlos, las empresas logran identificar los riesgos para así poder aplicar medidas para gestionarlos, previniendo errores y llevando a una toma de decisiones que se basan en datos.
Cómo beneficia el SGC a las actividades de una empresa
Al implementar uno de estos sistemas, las empresas cumplen con funciones adicionales además de certificar y garantizar la calidad de un producto o servicio, también fortalecen su reputación y aumentan su competitividad.
Un SGC se encarga de favorecer al desarrollo de una cultura de evolución, brindándole a la organización una herramienta para identificar y solucionar problemas de manera proactiva. Además, al establecer procesos claros y documentados, se mejora la eficiencia y se reduce el riesgo de errores.
Entre las claves del éxito para la implementación de un SGC está la utilización de herramientas tecnológicas adecuadas. Plataformas como SafetyCulture permiten digitalizar los procesos, simplificar la recopilación de datos y facilitar la colaboración entre equipos.
Con SafetyCulture, las organizaciones pueden realizar inspecciones, gestionar tareas y registrar incidentes de manera eficiente, lo que agiliza el proceso de identificación de áreas a mejorar.
Sus beneficios son amplios extendiéndose a todos los niveles que componen las empresas. Ejemplo de ello son los empleados que se sienten más involucrados y comprometidos cuando forman parte de un sistema que busca la mejora continua.
Los clientes, por su parte, se benefician al obtener productos y servicios de alta calidad y con un servicio al cliente eficaz. A nivel estratégico, un SGC permite a las organizaciones tomar decisiones más informadas y alineadas con sus objetivos a largo plazo.
Cómo funcionan los SGC
Un SGC se basa en un ciclo diseñado para la mejora continua y evolución. Este ciclo se divide en cuatro etapas principales: planificar, hacer, verificar y actuar.
Para ello, es fundamental identificar esos posibles riesgos que se pueden presentar y afectar la calidad, y se establecen medidas para mitigarlos.