Análisis y Opinión

Nondum

· A veces no se tiene opción, toca bien padecer o bien gozar, y no hay otra

Julio Bonmati | Domingo 08 de diciembre de 2024
Puede acontecer por haber sido la suerte que nos despoja al margen de nuestra voluntad y sin posibilidad de reparación o compensación, o también puede ser porque se ha elegido un camino solo de posible recorrido para muy pocos, esos a los que los antiguos denominaban “los elegidos”, que no coinciden con los etiquetados también por los antiguos como “los llamados” cuya misión nada tiene que ver con la de los primeros.

Existen muchas culturas, a mí sin menospreciarlas lo más mínimo las que más me interesan no son la griega, la romana o cualquiera de aquellas al uso por todos conocidas y que nos han traído hasta aquí; me interesan las culturas transversales y así despiertan mi interés entre otras la cultura de los desfavorecidos, la de los privilegiados, la de los indignados, la de los indiferentes y la de los rebeldes.

Y en todas ellas hay un común denominador el de acoger, amparar y refugiar en su seno al oportuno paradigma de su mejor versión. Y a su vez en todos estos paradigmas sin excepción se da una característica, la de para mantener la posición ganada haberse anclado como máximo exponente en su particular segmento por la vía del aún no.

Y así tenemos que el paradigma del desfavorecido para sobrevivir no dice ya me toca dejar de ser un desfavorecido, para aguantar el chaparrón dice algún día seré un favorecido, pero me temo que aún no, aún no.

Por su parte el paradigma del privilegiado no manifiesta para sostener su bendita posición esto es lo que merezco, para conservar la ventaja expresa algún día se torcerá mi suerte, pero por mi bien mejor aún no, aún no.

Siguiendo la estela del anterior el paradigma del indignado no vocifera esta porquería no se puede soportar ni un segundo más, grita ya te digo yo que algún día cambiará la viciada situación, pero por el momento va a ser aún no, aún no.

Para no ser menos el paradigma del indiferente de mirada ausente no murmura todo me da igual, sin estridencia susurra algún día dejará todo de traerme al pairo, pero por ahora aún no, aún no.

Y finalmente para rematar el paradigma del rebelde, tenga o no causa, no presume de ser antisistema y estar contra toda impuesta convención, si le preguntan responde algún día me quebrarán y sin solución me traerán al redil, pero hasta entonces te fastidias porque aún no, aún no.

Los elegidos, los que sirven de faro, saben que todo cambia y no se oponen a que así sea, pero usando hábilmente como punto de apoyo la fuerza de su contrario lo desplazan a lo más tardar en el tiempo para lo que tenga que ser que sea en algún lejano día, y por tanto pueda oponer mientras tanto un pero aún no, aún no. Y ello porque si la esencia de la naturaleza como un todo es el impulso, la esencia de cada una de sus partes por separado es la resistencia y de ahí “Sed nondum, nondum.”