Oro como cobertura o activo alternativo: Una de las mejores inversiones alternativas durante los últimos años, y en contra de lo que pudiéramos pensar o haber esperado por las altas tasas de interés que ha habido, ha sido el oro, el cual acumula una revalorización cercana al 30% en dólares en 2024, la mayor de la última década. No es la primera vez que el metal precioso supera al S&P 500 en períodos difíciles, como ocurrió en 2022, 2020 y 2018, resaltando su valor en momentos de inestabilidad como el de la pandemia del Covid o guerra comercial entre EEUU y China que llevaba al S&P 500 a perder cerca de un 20% en la última parte del 2018. Su valor inherente en el tiempo, las expectativas de menores tipos de interés o la demanda de institucionales durante los últimos años o la liquidez son algunas de las razones por la que seguimos pensando que el metal precioso lo pueda seguir haciendo bien. Más si cabe durante el primer trimestre del año con nuevo Presidente de los EEUU.
Aspectos a vigilar
Elevada concentración del mercado: La tecnología sigue pesando más de una tercera parte del S&P 500 y más de un 60% del Nasdaq 100, supone el peso total del mercado norteamericano cerca del 50% de la capitalización global del mundo entero. Conclusión: si a la tecnología le va mal, a los índices les sentará mal y el resto del mundo sufrirá por dependencia.
Elevado gasto en Capex o mantenimiento de las grandes tecnológicas: La energía necesaria para aguantar los centros de datos de la mayor parte de los negocios de la nube (Cloud) de las grandes tecnológicas parece en algunos casos `algo´ exagerada.
Valoración de la tecnología: Aunque en buena parte de los casos, el PER de muchos de los sectores del S&P 500 no han alcanzado los máximos tocados previamente en el 2021, en nuestra opinión se invierte con un muy alto riesgo en compañías como Tesla, Broadcom o Eli Lilly, las cuales superan un PER de 60 veces.
Euforia de los minoristas y reticencia de los insiders: Durante los últimos trimestres los insiders o ejecutivos de las empresas han vendido grandes paquetes de acciones, marcando máximos de los últimos 3 años en el caso de compañías tecnológicas en el Nasdaq mientras que el pequeño inversor norteamericano posee cerca del 50% de su capital invertido en acciones, algo que no se veía en este último caso desde la burbuja tecnológica en el 2000.
La concentración de los índices y Trump puede dar oportunidades en las Small Caps: La concentración de las “grandes de Wall Street” en los índices USA ha hecho que a día de hoy las 5 mayores compañías del S&P 500 pesen cerca de una tercera parte del mismo, mientras que la relación pequeñas/grandes compañías está haciendo mínimos de los últimos 50 años, similar a la crisis de la década de los 70 y 90.
Conclusiones
El ciclo económico acompaña con beneficios empresariales al alza y escenario de soft landing latente (bajadas de tipos de interés moderadas con precios medio-altos). Aunque el mercado se encuentra `cómodo´ con este escenario, acumulamos dos años consecutivos de elevadas rentabilidades en la bolsa de EEUU con el S&P 500 subiendo más de un 23% tanto en 2023 como 2024.
EEUU ha sido el mejor país desarrollado (+28%) únicamente superado por Argentina (+66%) Israel (+34%) y Perú (+31%).
Por valoración (medido por el PER futuro) nos encontramos con más compañías cotizando por encima de la media de los últimos 25 años (cerca de un 16% de las compañías USA cotizan con un PER superior a 25 veces). Además, la historia nos dice que casi siempre que el mercado se ha concentrado en exceso (que unas pocas compañías pesen la mayor parte del mercado o índice) suele beneficiar en los siguientes años más a las pequeñas compañías que a las grandes en términos relativos.
Normalmente el S&P 500 se comporta más débil después de la jura formal del nuevo Presidente de los EEUU, en este caso Trump. Todo esto, nos hace pensar, que aunque el momentum sigue siendo alcista para las bolsas, por estacionalidad y valoración no descartaríamos un probable descanso en el primer trimestre del año.