Si bueno, eso está muy bien, suena bonito, pero en la práctica, con tan poco tiempo y tanto por hacer, tanta “preguntita” realmente da algún resultado, sirven para algo. Hechas así sin más, ni de casualidad.
En cambio, cuando además de poseerlos y asumirlos como una responsabilidad autoimpuesta tenemos clara la diferencia entre objetivo, sentido y propósito la cosa empieza a cambiar.El propósito una vez determinado no se puede dejar de perseguir porque jamás por su alcance se agota, la materialización de ese continuo alcance se realiza a través del constante logro de objetivos que te acercan al propósito, y por último el cúmulo de objetivos conseguidos en aras de satisfacer el propósito crea un mundo propio lleno de sentido, que por higiene mental te ves obligado a salvaguardarlo para mantenerlo.
Y de esta manera para quien tiene un propósito supererogatorio con intención de dar un sentido, y a tal efecto asume un firme compromiso con unos objetivos que le acercan al cumplimiento de ese propósito, encontrar la respuesta a esas preguntas facilita no poco la tarea. Y lo que es más importante su contestación nos aleja del error, pues con la práctica se adquiere experiencia y esta hace maestros, pero solo es así si lo que aprendes no está viciado, pues en caso de estarlo cada vez que lo repites en fondo y en forma te alejas más del acierto. Y realmente solo se aciertapor completo, y se vive plenamente la alegría,con los actos que se realizan,si no cumpliendo totalmente, por lo menos sin separarte ni un ápice del propósito.Cuando lo tienes, es y solo es errado el acto que te extravía del propósito.
Por cierto, que no paren de crecer las orejas le añade otro sentido más, y a mayores, a la muerte, esa buena amiga solo del que consigue pronto en vida su propósito y lo cultiva; imagínense que fuéramos eternos con la mayoría de las partes del cuerpo envejecidas y degeneradas, y con unas tremendas pesadas orejas, ni siquiera buenas para oír mejor, viéndonos obligados a arrastrarlas por los suelos; semejante patética situación requeriría un enorme esfuerzo, un tremendo gasto de energía que nos llevaría a la extenuación por pequeño que fuera cualquier desplazamiento, vivir sería insoportable y desde la tristeza nos preguntaríamos para no encontrar respuesta ¿Qué propósito me retiene? ¿Qué sentido tiene esto?