Sociedad

Deudas, ansiedad y redes sociales: los problemas que afronta la generación Z con las tarjetas de crédito

ESTUDIO UOC

El bombardeo constante de las redes sociales y la publicidad pueden empeorar su situación

Redacción | Jueves 20 de febrero de 2025
Uno de cada siete jóvenes prestatarios de tarjetas de crédito de la generación Z, o un 15,3 %, ha alcanzado su límite de solvencia, según un estudio reciente de la Reserva Federal de Nueva York, una tendencia que se refleja en otras democracias liberales, aunque en menor medida en Europa, donde las tarjetas de débito son más frecuentes. La falta de educación financiera, un entorno digital consumista y las nuevas formas de pago podrían estar contribuyendo a esta problemática. Según expertos de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), con una adecuada planificación económica y un mayor enfoque en la educación financiera, las personas jóvenes de entre 14 y 28 años pueden aprender a gestionar mejor su dinero y evitar caer en el sobreendeudamiento, sobre todo si tenemos en cuenta que, según la Encuesta Financiera de las Familias (EFF) 2022, publicada en 2024 por el Banco de España, el saldo medio de este tipo de deuda era de 1.000 euros en los hogares endeudados mediante tarjetas de crédito, con un mayor porcentaje de incidencia en determinados segmentos de la población, como el de los inactivos y parados, algo que casa con el altísimo paro juvenil que registraEspaña, el más alto de la Unión Europea.

El entorno digital y la pérdida de conciencia del gasto

"La transición del efectivo a los pagos digitales ha reducido la percepción del gasto. Antes, retirar 100 euros permitía gestionar mejor el dinero, mientras que ahora, la fragmentación de pagos dificulta el control del gasto total", señala Elisabet Ruiz-Dotras, profesora de los Estudios de Economía y Empresa de la UOC e investigadora del grupo Digital Business Research Group (DIGBIZ). La experta señala que uno de los principales factores que explica este aumento de la deuda es el entorno digital en el que se desenvuelve la generación Z.

Además, el consumo en línea y el bombardeo constante de las redes sociales fomentan un comportamiento impulsivo. "Las redes sociales están diseñadas para incentivar el consumo continuo. Los jóvenes están expuestos a mensajes constantes de compra, lo que los impulsa a gastar más de lo que pueden permitirse", añade la experta.

Según un estudio publicado en la revista Nature, las tarjetas de crédito aprovechan los mecanismos neuronales de recompensa para fomentar un mayor gasto. El uso de estas tarjetas reduce la sensibilidad al precio y activa el sistema de recompensa del cerebro, a diferencia del pago en efectivo, donde la activación neuronal varía según el precio del producto.

Desconocimiento financiero, tendencias de pago y errores comunes

La falta de educación financiera es otro de los factores clave que contribuyen al endeudamiento de la generación Z. Según Ruiz-Dotras, esta generación no está educada financieramente, lo que desencadena que tomen decisiones compulsivas, en lugar de planificar sus objetivos financieros y ahorrar. "Prefieren comprar ahora y pagar después, lo que los lleva a acumular deudas", asegura.

Los errores más comunes que cometen las personas jóvenes al gestionar su dinero incluyen la falta de planificación financiera, la ausencia de ahorro sistemático y la tendencia a gastar en cosas que no necesitan. "Muchos jóvenes gastan primero y ahorran lo que les queda, que suele ser nada. Esto les impide construir un colchón financiero para el futuro", explica la profesora de la UOC.

El "Buy now, pay later" (BNPL), una modalidad que permite a los consumidores comprar productos y pagarlos en cuotas sin intereses, está ganando popularidad entre los jóvenes. Sin embargo, esta tendencia también está contribuyendo al aumento de la deuda. "El problema es que los jóvenes fraccionan sus compras en diferentes comercios y pierden el control de cuánto deben. Al final, acumulan pequeñas deudas que suman cantidades significativas", advierte Ruiz-Dotras.

Esta tendencia, junto con la cultura de la inmediatez y el deseo de obtener recompensas instantáneas, está conduciendo a la juventud a priorizar el consumo a corto plazo sobre el ahorro a largo plazo. "Quieren las cosas ya, y no están dispuestos a esperar. Esto lleva a los jóvenes a financiar sus compras y a acumular deudas que luego no pueden pagar", añade la experta.

Un contexto marcado por la inflación y la precariedad

Ruiz-Dotras señala que las personas jóvenes de la generación Z se enfrentan a dificultades para independizarse debido al alto coste de la vivienda. La falta de acceso a esta comporta que muchos permanezcan en casa de sus padres y, al no tener responsabilidades financieras, como pagar un alquiler o servicios básicos, gasten su dinero en cosas innecesarias. "El poco dinero que puedan conseguir estos jóvenes lo acaban gastando en cosas que no necesitan, al no tener responsabilidades financieras, como pagar por la alimentación o el consumo energético".

El contexto económico actual, marcado por la inflación, la precariedad laboral y el difícil acceso al crédito, también está influyendo en el endeudamiento de la generación Z. "La inflación reduce el poder adquisitivo de los jóvenes, lo que los lleva a gastar más para mantener su nivel de vida. Además, la precariedad laboral y la falta de contratos estables dificultan el acceso al crédito tradicional, lo que hace que recurran a opciones de financiación más caras y menos reguladas", explica Ruiz-Dotras.

En este sentido, la experta advierte que algunos de estos jóvenes se pueden encontrar acudiendo a instituciones de crédito no bancarias que ofrecen préstamos con condiciones abusivas. "Esto agrava aún más su situación financiera, ya que terminan pagando intereses muy altos y entrando en un círculo vicioso de deuda", señala.

Consecuencias para la salud física y mental

Las redes sociales no solo fomentan el consumo impulsivo, sino que también tienen un impacto negativo en la salud mental de la juventud. Ruiz-Dotras explica que las redes crean una constante comparación entre la vida idealizada que se muestra en línea y la realidad, lo que puede desembocar en problemas de depresión y ansiedad. "Las redes acaban siendo bastante tóxicas, ya que venden solamente el aspecto bonito del consumo: si te llenas el armario de ropa, vas a estar más guapo o guapa; si haces este viaje, lo vas a pasar muy bien. Pero lo que se ha demostrado es que las redes sociales provocan muchos más problemas de depresión porque hay una constante comparativa entre cómo puede ser la vida y cómo es realmente".

El endeudamiento no solo tiene consecuencias económicas, sino también para la salud física y mental de la juventud. Las deudas en las tarjetas de crédito pueden aumentar el estrés, la ansiedad y la depresión. Enric Soler, colaborador docente de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la UOC, explica el "estrés financiero" y la "fórmula matemática de la ansiedad" que desencadenan estas deudas entre jóvenes. "Se trata del cociente entre la percepción de la amenaza y la percepción de recursos para hacerle frente. Cuanto mayor sea la amenaza percibida (por ejemplo, si no pago el alquiler, me quedaré sin techo) y menor sea la percepción de los recursos propios (es prácticamente imposible que encuentre un trabajo que me permita pagar el alquiler), más alto será el nivel de ansiedad".

Estrategias para prevenir el sobreendeudamiento

Para prevenir el sobreendeudamiento entre la juventud, la profesora Ruiz-Dotras recomienda una serie de estrategias basadas en la educación financiera y la planificación.

1. Tomar conciencia de la situación financiera personal y fomentar el hábito del ahorro, entre un 10 % y un 20 % de los ingresos, guardándolo en una cuenta diferente, y reservar el 50 % para gastos básicos (alimentación, vivienda y servicios).

2. Establecer prioridades financieras y evitar compras impulsivas. Preguntarse si realmente necesitan lo que están comprando y si están dispuestos a hacer sacrificios concretos en ocio, consumo de moda o viajes.

3. Llevar un control constante de los ingresos y gastos permite a la juventud identificar patrones de gasto y corregir hábitos financieros perjudiciales.

4. Usar las tarjetas de crédito con responsabilidad. Es fundamental no gastar más de lo que se puede pagar y liquidar el saldo completo cada mes para evitar intereses. Comparar condiciones antes de solicitar una tarjeta y evitar aquellas con tasas de interés elevadas.

5. Evitar el uso de créditos para gastos recurrentes, como comida o alquiler, con tarjetas de crédito, que pueden crear una bola de nieve de deuda difícil de manejar. Reservar las tarjetas para emergencias o compras planificadas.

6. Aprender sobre la educación financiera. Las personas jóvenes deben informarse sobre conceptos clave, como tasas de interés, endeudamiento responsable y planificación financiera, ya sea a través de cursos, libros o recursos en línea.