ALCANZA UNA INFLUENCIA DECISIVA EN ÁMBITOS EMPRESARIALES
Por Ángel Maestro
Angel Maestro | Martes 21 de octubre de 2014
Cuantas veces se repite lo de “El tercer mundo” , no ya en medios políticos ,intelectuales, periodísticos, etc, sino a nivel popular. Personas a veces con una incultura de dimensiones enciclopédicas denuestan cualquier servicio bien sea sanitario, de transporte, de alojamiento, de educación, de restauración, etc. con la frase : “ esto es tercer mundista”, como sinónimo peyorativo máximo, sin tener en absoluto conciencia de lo que dicen. El maoismo dividió al mundo de su época en tres conceptos el primer mundo estaba formado por los dos superpoderes ,los Estados Unidos y la Unión Soviética. El segundo mundo, los países desarrollados y ricos. El tercer mundo incluía a más de cien naciones en desarrollo de África, Asia, Iberoamérica y otras regiones.
El maoísmo veía en el tercer mundo un escenario fundamental y de influencia decisiva para alcanzar su objetivo de revolución mundial. En los comienzos de la guerra para conseguir el poder en China, los maoísta condujeron la lucha armada por medio de la guerrilla, poniendo especial énfasis en el apoyo de las masas del pueblo y utilizarlas, afirmando que las relaciones entre los guerrilleros y las masas son “como el pez y el agua”. En el escenario internacional correspondiente al tiempo de Mao, este y sus seguidores ambicionaban hacer de las naciones del “Tercer Mundo” el fundamento de esas masas y manipular esas nacionescomo instrumentos del Frente Unido organizándolas en un gran frente internacional de combate, aspirando no sólo a exportar la revolución sino también a guiar a la misma. “El Tercer Mundo es una fuerza poderosa que impulsa el progreso de la Historia”, frase oficial de la doctrina maoísta.
Hoy la postura de la China actual es radical, antagónicamente distinta .No se exporta la revolución, sino tecnología de los más diversos aspectos, técnicas agrícolas, transportes, nuevas fábricas, construcción de infraestructuras ,financiación de proyectos, etc. ; la consigna de la no ingerencia en los asuntos internos de cada país se sigue a rajatabla.
Ya puede ser el sistema imperante una dictadura de derechas, si existe hoy alguna, o regímenes de izquierdas con dictadores locales, sistemas partitocráticos parlamentarios o presidencialistas, la consideración es la misma, el gobierno chino hará abstracción del modo político imperante y ni siquiera recurrirá al tema favorito: “el del socialismo con características chinas”. Solo se interesará en obtener más y más contratos beneficiosos para las empresas chinas. Y a la vista de los resultados tanto en África, continente especialmente trabajado, como en Asia e Iberoamérica los resultados parecen innegablemente positivos. Los nuevos dirigentes surgidos tras el XVIII Congreso del PCCh no sólo han confirmado la política citada sino que la están impulsando desde el primer instante.