GRAN ÉXITO EN NUEVA YORK
· Por Eduardo Martín (Corresponsalía de Barcelona – El Mundo Financiero)
Redacción | Miércoles 17 de febrero de 2016
Carles Lama y Sofía Cabruja son ampliamente conocidos como los reyes indiscutibles de las interpretaciones a cuatro manos del piano clásico. Su inherente virtuosismo está siempre al servicio del encuentro de dos almas en comunión con el público. Completamente alejados y opuestos a la superficialidad que se deriva del hoy tan de moda ‘show-off’, ellos recrean el ambiente con un sentido quintaesencial de la profundidad y el drama que hace que cada pieza musical vuelva a la vida y llene por completo los sentidos de los espectadores. Antes de que estos dos artistas Steinway aclamados en todo el mundo ofreciesen en el Carnegie Hall neoyorquino su reciente y muy exitosa actuación -para la que se agotaron todas las localidades- estuvieron trabajando a conciencia en una partitura a cuatro manos especialmente transcrita para ellos por el compositor Abraham Espinosa.
Esta nueva versión de la ópera “Goyescas” de Enrique Granados es de un enorme virtuosismo y encierra en su interior una textura densa repleta de ornamentos y es, con diferencia, de una ejecución técnica mucho más compleja que el manuscrito original para piano solo que lleva el mismo nombre.
Es digno de mención el hecho de que el estreno mundial de la ópera “Goyescas” tuvo lugar en el Metropolitan Opera House de Nueva York el 28 de enero de 1916. Por esta razón, justo 100 años después, Carles y Sofía querían rendir un merecido homenaje al magistral y célebre compositor catalán en su concierto del pasado día 28 enero de 2016 en el prestigioso Carnegie Hall.
Un gran éxito en Nueva York
La primera parte de su concierto en el Carnegie Hall estuvo íntegramente dedicada a ofrecer su propia versión pianística de la ópera “Goyescas”. Carles y Sofía combinan hábilmente su talento innato con un lirismo sabiamente contenido. El fraseo con un rubato natural y la adecuada selección del tempo les permite desarrollar la compleja textura de la partitura con gran fluidez. A lo largo de toda la interpretación, no hay detalle alguno que se eche en falta en lo concerniente a la caracterización teatral. El dúo pianístico aporta a “Goyescas” una nueva dimensión, previamente desconocida, transitando por el sendero de la madurez interpretativa.
En la segunda parte del concierto, Carles y Sofía ofrecieron un regalo muy especial a todos los presentes interpretando el “Adagio” de la “Sinfonía Nº 2” de Rachmaninov y “La Valse” de Maurice Ravel. La mencionada sinfonía está considerada uno de los mejores trabajos del mítico compositor y pianista ruso-estadounidense. Una vez más, ambos intérpretes desplegaron su natural capacidad de conmover a la audiencia y conectar con ella. Su genuina fuerza expresiva, así como una dirección orquestal de gran calidad, dejaron boquiabierto al público congregado en la sala.
Y para poner un broche de oro al evento, Carles Lama y Sofía Cabruja escogieron la técnicamente desafiante e “infernal” “La Valse”. La ejecución de esta pieza de Ravel hizo que dentro del Carnegie Hall se respirase un aroma inconfundiblemente francés, sutil y pleno de sonidos que destilaban una gran paleta de colores que contrastó brillantemente con el clímax diabólico en el que los pianistas dieron rienda suelta a su habilidad rítmica y a su tan alabado virtuosismo técnico.
Emocionados por el entusiasmo del público, Carles y Sofía correspondieron tal y como el momento pedía ofreciendo dos bises: La “Danza Nº 1” de “La Vida Breve” del genial andaluz universal Manuel de Falla y “La Malagueña” del espléndido compositor y pianista cubano Ernesto Lecuona.
La larga ovación final, con un público entregado y puesto en pie, fue más que merecida. Un final perfecto para una noche inolvidable.