Análisis y Opinión

Federico Salmón en el recuerdo

Federico Salmón Amorín, Abogado del Estado, Catedrático de Dº Político, Ministro de la CEDA y primer Rector del CEU.

80 ANIVERSARIO DEL ASESINATO DEL PRIMER RECTOR DEL CEU

· Por Luis Sanchez de Movellan, doctor en Derecho, profesor y escritor

Luis Sánchez de Movellán | Sábado 12 de noviembre de 2016
Muy poca gente en nuestros días, para vergüenza de la izquierda radicalsocialista promotora de la sectaria “Memoria Histórica”, sabría contarnos quién fue ese gran ministro creador de la Ley Salmón, como aún se conoce a la normativa que Federico Salmón Amorín impulsó en el año 1935 para paliar el abundante desempleo que por entonces se daba en España. Una ley que resolvió grandes problemas a los que tuvo que enfrentarse la II República, ya que propició un fuerte incremento de las inversiones y cuya consecuencia más evidente fue el considerable aumento del número de puestos de trabajo y, por tanto, una notable disminución de las cifras del paro.




Federico Salmón Amorín nació en Burriana (Castellón) un 27 de Agosto de 1900. Estudió Derecho en la Universidad de Valencia y en 1924, mediante una brillante oposición, obtuvo una plaza de Abogado del Estado en Murcia, ciudad en cuya Universidad fue catedrático de Derecho Político. Durante su etapa estudiantil fue cofundador de la Federación de Estudiantes Católicos y ya durante la II República llegó a ser Secretario General de la Confederación Española de Derechas Autónomas (CEDA) A comienzos de 1930 pasó a dirigir el diario La Verdad de Murcia, actividad que abandonó para hacerse cargo en 1933 de la dirección nacional del CEU, del que fue su primer Rector.

Ingresa a principios de los años 30 en la Asociación Católica Nacional de Propagandistas (ACNdP) y comienza una meteórica carrera política, militando en Acción Popular, que se integraría posteriormente en la CEDA, y siendo en 1933 elegido diputado por Murcia. Fue Ministro de Trabajo, Sanidad y Previsión Social en los sucesivos Gobiernos de Lerroux y Chapaprieta, entre el 6 de Mayo y el 30 de Diciembre de 1935. Durante su corto pero fructífero mandato presentó 18 proyectos de Ley e intervino en 23 debates parlamentarios.

A comienzos de su responsabilidad ministerial, se aprobó la famosísima Ley de la Previsión contra el Paro de 25 de Junio de 1935, conocida posteriormente como Ley Salmón, que perseguía luchar contra el desempleo mediante la construcción de bloques de viviendas en alquiler para las clases medias. Esta Ley buscó no tanto fomentar la construcción de viviendas cuanto mitigar el paro obrero, para lo que se presupuestó una importante financiación en obras públicas. El éxito de la Ley fue relativamente importante en las grandes capitales y menos en las pequeñas ciudades de provincias, ya que de los 3.203 expedientes incoados casi la mitad fueron solicitudes de construcción de viviendas en Madrid y Barcelona. Y una característica peculiar de estas viviendas en Madrid y Barcelona fue que el alquiler máximo no podía superar las 250 pesetas mensuales, tope que variaba en las demás provincias en función a su número de habitantes.

Un ejemplo anecdótico de la admiración que esta política de un Ministro de la II República suscitó en las autoridades franquistas (pues fueron constantes las referencias de la gironiana Junta Interministerial de Obras para Mitigar el Paro a la política salmoniana de construcción de viviendas para las clases medias desarrollada por el Gobierno cedista de la República) es que por Orden de 27 de Noviembre de 1941 (firmada por José Antonio Girón de Velasco) se declaró obligatorio para los propietarios de inmuebles acogidos a la Ley Salmón colocar en su fachada una placa, grabada en bisel y en tipo de letra española, con la indicación Ministerio de Trabajo. Esta casa está acogida a los beneficios de la Ley del Paro del 25 de junio 1935.

Al estallar la Guerra Civil española, Federico Salmón se encontraba en Madrid, donde fue apresado junto a su amigo Rafael Vinader Soler, cuyo único delito había sido esconderlo en su casa, y conducidos ambos a la Cárcel Modelo. En la madrugada del 7 de Noviembre de 1936 (hace ahora 80 años), sin estar imputados por cargo alguno ni sometidos a ningún tipo de juicio, fueron sacados y fusilados por los comunistas, bajo el mando de Santiago Carrillo Solares, en Paracuellos del Jarama.

Todos los crímenes de Federico Salmón Amorín consistieron en haber sido un gran ministro (quizás el mejor de Trabajo de todo el siglo XX), catedrático, abogado del Estado, director de periódico y rector del CEU. Eso sí, era un ferviente católico y dirigente de la Asociación Católica Nacional de Propagandistas. Esto constituyó un delito por el que al parecer mereció la muerte. Hoy en nuestra patria casi nadie recuerda su brillantísima trayectoria social y política ni se le rinde tributo o se le propone para un homenaje de desagravio. Pero desde la ACNdP y desde el CEU, sí recordamos y rendimos culto a la memoria de un gran propagandista, de un mártir que dio testimonio de su fe para gloria de la Iglesia y de España.