Estas elecciones se celebran con el país extenuado, a brazos con una crisis económica sin precedentes, una degradación de la vida social del pueblo llano, que sobrevive en condiciones increíbles e inadmisibles para un país con las potencialidades que tiene Angola, consecuencia del saqueo desenfrenado del erario público y de una pésima prestación centralizada del régimen dictatorial y altamente corrupto, de D. José Eduardo dos Santos. Éste, que ha presidido los destinos del país desde 1979 a golpes de sucesivos pucherazos electorales, y centro de numerosos escándalos en los últimos años, ha sido obligado a ponerse de lado y a indicar como su sucesor, a su ministro de defensa, convertido ahora en candidato, y cabeza de lista del MPLA.
Un hecho que resulta interesante compartir con el lector, es una pequeña reflexión sobre lo difícil que es, convencer la mente de los alumnos de la escuela de sistemas de partido único, a aceptar abrazar con claridad y total transparencia, las prácticas de un sistema de democracia pluripartidista y en particular, cuando estos alumnos y su partido como el MPLA, sienten el rechazo cada vez más fuerte de la mayoría de un pueblo hambriento y sediento en fin, un pueblo que se siente engañado. No hace mucho tiempo que dos Santos todavía afirmaba que “la democracia no llena la tripa y le ha sido impuesta por el occidente”. Se ha dado cuenta del error y ha habido intentos de rectificar, pero no era tarea fácil. Ahora, traiga el candidato que traiga a esta elección, el comportamiento del partido gobernante el MPLA, lleva este membrete bien clavado, que se hace difícil de quitarlo. Todos los obstáculos y maniobras que se viven actualmente en torno de los procesos electorales en Angola, obedecen a esta máxima. Convivir con una democracia impuesta, obliga a no respetar los presupuestos de un estado democrático y de derecho; obliga a distorsionar siempre la libre voluntad del pueblo, expresada en las urnas, lo que implica mucha acrobacia, antes e inmediatamente después de los comicios. Esto es lo que se vive en volta del proceso electoral de 2017.
Se asiste pues en Angola, a todo el tipo de maniobras del régimen, en obediencia a esa máxima y en el sentido de ver si todavía se puede echar la mano al eterno pucherazo electoral, no obstante el alerta en el que vive la población. Estas maniobras incluyen actualmente y entre otras, las siguientes realidades prácticas:
-la violación constante de la ley electoral por la misma CNE (Comisión Nacional Electoral) órgano supuestamente independiente pero en realidad instrumentalizado, tal y como fue en la contratación de INDRA e SINFIC, dos empresas ya tachadas y con fama de colaboradoras de la dictadura eduardista, en los pucherazos de las elecciones anteriores. Recuérdese que hubo incluso manifestaciones populares en todo el país, exigiendo la retirada de esas empresas sin que el régimen cediera.
-la Intolerancia Política manifestada por actos de obstrucción u sabotaje de actos políticos a celebrar por partidos de la oposición secundados por provocaciones constantes, a través de insultos, retirada y destrucción de carteles, banderas, u otro tipo de propaganda de partidos políticos de la oposición;
-el uso de la violencia a través de ataques organizados y orientados por mandos superiores del partido gobernante, a menudo ante la pasividad de órganos encargados del mantenimiento del orden, y la indiferencia de los órganos judiciales tal y como se ha podido constatar en los siguientes ejemplos concretos: 1) -ataque de militantes del MPLA armados de piedras, porras, cuchillos y catanas etc, acaecido en la mañana del viernes 21 de julio, en la localidad de Chitembo, en la provincia de Bié, con un balance de 22 heridos, de ambos bandos; 2) -el secuestro de militantes de la oposición, como el de Adelino João Cassinda, responsable de un Comité de UNITA en Luremo, provincia de Lunda Norte, efectuado el día 22 de julio, por un grupo de gamberros militantes del MPLA bien identificados y actuando bajo órdenes de la administradora comunal María da Conceição Pongo. Diez dias después del secuestro, no había rastro del ciudadano y por las señales existentes, se teme que la victima haya sido ejecutada y lanzada al rio Cuango por sus captores que, sin embargo siguen en libertad, como si nada hubiera sucedido; 3) -ataque perpetrado en contra de una comitiva electoral dirigida por los diputados Alberto Ngalanela y Anita Raquel en un trozo de carretera entre Cubal y Ganda, provincia de Benguela, con un balance de tres heridos; 4) -ataque realizado el día 30 de julio por elementos del MPLA a una comitiva electoral en la zona de Cuima, provincia de Huambo, con un balance de varios heridos graves y la muerte de Martinho Kalende, de 45 anos anos de edad, padre de dos hijos y que era el Secretario para la Organización de UNITA en la zona.
-Aunque la participación de organizaciones internacionales e independientes en la observación de elecciones es uno de los elementos muy importantes en comicios del tipo de las que se celebran en países donde, como en Angola el régimen suele distorsionar constantemente la voluntad salida de las urnas, sigue habiendo dificultades a todos los niveles, en conseguir que esos procesos de observación lleguen a ser efectivos y eficaces debido a trabas y obstáculos que imponen los respectivos regímenes dictatoriales, como está sucediendo en Angola.
El caso es que, conociendo el peso de las consecuencias de tener una misión de observación de organizaciones internacionales reputadas como son la UE, la Fundación Carter, partidos políticos y algunos organismos serios de las democracias avanzadas, en unas elecciones donde el régimen sabe de antemano que la única plancha de salvación es la puesta en marcha de un nuevo pucherazo que puede ser denunciado por éstos, la dictadura se esfuerza en pasar la idea publica de que no hay problemas, y que se invitan estas organizaciones internacionales. Pero en la práctica, todo no pasa de mentiras, destinadas a engañar a la misma Comunidad Internacional. Muchos de los observadores mencionados en los anuncios periodísticos, no podrán observar el proceso y algunos ni siquiera han recibido alguna invitación. En realidad, la información de la participación de la UE en una misión de observación de las elecciones de 2017 en Angola no pasó de propaganda barata del régimen. Esa participación, sin embargo deseada por la UE ha sido rechazada por el régimen dictatorial de Angola, que solo pretendía utilizar el nombre de la UE, para intentar limpiar la imagen con una presencia tallada a su medida. Y esto es válido para algunas otras organizaciones mencionadas en los mismos anuncios.
Las elecciones angoleñas del 23 de agosto de 2017 se van a celebrar pues, sin la observación electoral internacional digna de tal nombre, limitándose a contar con la participación de un club de amigos de organizaciones de algunos países, cuya debilidad de credenciales en sus propias “democracias”, desafortunadamente dispensan comentarios. Elecciones libres, justas y transparentes son realmente un rompe cabezas, para un régimen dictatorial.
Es pues a la luz de mucha expectativa del Pueblo Angoleño, pero en el medio de toda esta serie de frenos, que Angola va a celebrar el 23 de Agosto próximo, sus cuartas elecciones. Resta, sin embargo decir que el Pueblo Angoleño no está condenado a suportar pucherazos por toda la vida y, el escenario a pronosticar para el futuro próximo de Angola, depende de una lectura realista que el régimen sea capaz de hacer con relación al nivel de madurez de su Pueblo, para no tensar tanto la cuerda, y rectificar e intentar rectificar lo que está mal, pero también del comportamiento de este Pueblo cara a este nuevo contexto y oportunidad.
Hasta entonces, Angola estará pendiente, para el paso a la página siguiente de su historia.