La persona que quiere montar pymes debe estar dispuesta a dedicar muchas horas, esfuerzo y trabajo a conseguir su sueño porque, sobre todo al principio, no es fácil. Todo esto no quiere decir que no se pueda conseguir, solo que hay dedicarle mucho tiempo para sacar a flote una idea. De hecho hay muchos emprendedores que se están ganando la vida gracias a una idea que tuvieron en su momento y que tuvieron la valentía de perseguir.
Algunos consejos para sacar adelante tu idea
Hay que reconocer que el camino del emprendimiento no es un camino de rosas. A veces, puede que se llegue a pensar en dejarlo todo, olvidarse del sueño y volver a la ardua y muy difícil tarea de encontrar trabajo en una empresa que ya esté consolidada. ¡Esto es un error! Van a aparecer dificultades a lo largo del proceso, pero nadie dijo que la cosa iba a ser fácil. Hay que sobreponerse, lanzarse y ser valiente para no abandonar. Seguir tras un sueño, no es una tontería.
Es importante realizar un buen estudio de mercado antes de lanzarse a crear tu pequeña empresa. ¿Para qué sirve este estudio de mercado? Es muy útil para conocer el comportamiento de los clientes, lo que les gusta y encontrar ese producto que la gente quiera comprar. Hay que dar voz a los clientes, es muy importante conocer a que tipo de personas uno se va a dirigir, preguntar, tener una relación estrecha con el cliente y mostrarle que, lo que se les ofrece, es importante.
Una vez que se ha encontrado el nicho de mercado en el que uno se siente cómodo y donde va a desarrollar la idea, hay que ponerlo por escrito. Todo el plan que uno tenga en la mente para poner en marcha el negocio. Aquí se marcan las pautas que uno va a seguir, lo que se quiere conseguir, cómo conseguirlo y, algo muy importante, el dinero que se necesita para salir adelante. A esto se le conoce como plan de negocio. Este documento, no solo se hace al principio de crear un negocio, también se puede hacer cuando ya se está trabajando y uno empieza a ponerse otros objetivos más altos.
Saber llevar bien las cuentas
Cuando se intenta abrir un negocio y mientras se siga trabajando, llevar una buena contabilidad es crucial. Ya en el plan de negocio debe ir bien estructurado tanto los ingresos que hay, es decir, el dinero que se va a invertir en principio como los gastos. Éstos últimos pueden ser bastantes, sobre todo al principio. No hay que asustarse.
Llevar bien todas cuentas es crucial para saber cómo ir invirtiendo el dinero, que materias necesitan más inversión y destinarlo a lo más importante, y también poder saber que queda al final después de hacer todos los pagos necesarios y conocer qué dinero hay a disposición.
Quizá puede parecer mucho trabajo, sobre todo si se hace a mano, pero vivimos en una época en la el uso de la tecnología está más que consolidado. Todo el mundo sabe usar un ordenador, aunque sea en modo básico. La tecnología viene al rescate para que todas las tareas que haya que hacer en una empresa se convierta en algo sencillo. Para poder llevar una contabilidad responsable, ya no hay que pasarse horas frente a un libro haciendo cuentas, tener un buen programa de facturacion es la mejor solución. Estos programas hacen que conocer el estado de la contabilidad de la empresa, lo que hay que pagar, los ingresos que hay, hacer facturas, todo se pueda hacer de manera sencilla y rápida facilitando mucho el trabajo. También pueden ayudar en el caso del pago de impuestos consiguiendo que todo esté bien organizado y a su tiempo debido. Es una manera de hacer que el trabajo sea más eficaz.
Consejos finales
La idea de emprender es algo que puede llenar de satisfacción, lo que no hay que hacer nunca es darse por vencido. A veces, habrá que esperar algo de tiempo hasta que el sueño se acabe volviendo real, pero eso no significa que haya que dejarlo apartado. Las inseguridades hay que dejarlas totalmente fuera de la mente.
Es cierto que, en el momento de poner en práctica la idea, puede que asalten muchas preguntas y dudas que en ese momento no se puedan resolver, pero hay que mostrarse seguros de lo que se quiere y tener abandonar una actitud negativa.
En ocasiones, puede ser bueno escuchar la opinión de otras personas. Tal vez, si es posible, se pueda hacer un grupo de trabajo en el que salten muchas ideas. No hay que desecharlas todas en el momento de decirlas, hay que sopesarlas. Y si hay una opinión importante es la de los posibles clientes. Ellos deben llevar la voz cantante. Cualquier crítica, aunque sea mala, preguntas, dudas o recomendaciones, hay que tenerlo en cuenta.