La unidad de España esta en serio peligro. Desde nuestras filas llevamos tiempo advirtiendo de una crisis que puede acabar con el régimen del 78 y lo que es mucho peor, con una nación milenaria.
Los falangistas no somos más clarividentes que otros ni tenemos una bola de cristal. Sólo defendemos la verdad por encima del aplauso mediático y las prebendas institucionales.
Desde el principio era obvio que incluir el término "nacionalidades" en una Constitución que algunos todavía enarbolan era la semilla que, bien regada, haría crecer robusta la hidra sediciosa y terrorista. Siempre estuvo claro que admitir en el entramado institucional y político a quienes querían destruirlo sólo podía obedecer a intereses muy oscuros.
Y así es. El PSOE de los ERE, el PP de Gürtell y los separatistas del 3% y las "botellas" con dinero del impuesto revolucionario han defendido con uñas y dientes un entramado que les ofrecía infinitas posibilidades para corromperse. Y a fe que se han empleado a fondo en el saqueo.
La recompensa que hemos recibido los falangistas por señalar lo que era evidente ha sido la persecución. Como si nos fueran a callar, como si sus insultos hicieran desaparecer el problema.
Hoy, con los socios separatistas en abierta rebelión violenta, ni la nación ni los españoles tienen quien les defienda entre los partidos institucionales.
Incluso los osados que se atrevieron a cuestionar las autonomías -a pesar de haber vegetado alguno en sus chiringuitos- se encuentran ya acomodados en los parlamentos de las taifas. Sin renunciar a las subvenciones que criticaron vehementes, admitien ya que la prerensión de desmontar el estado autonómico es "un maximalismo".
Por eso España como nación sólo tiene a sus hijos para defenderla y defenderse. Y a ellos volvemos a apelar como lo hicieron nuestros fundadores en 1934 (el secesionismo catalan y la izquierda ya empuñaron las armas contra esa II República que hoy, con evidente cinismo, reivindican tras hacerla embarrancar empujando a los españoles a la barbarie).
Siempre estuvimos en frente de quienes atacaban la patria. Con una pancarta o una bandera cuando tocó, con un fusil cuando nos empujaron a ello. Les vencimos y les vamos a volver a vencer. Por ello nos odian, pero sólo pueden desenterrar muertos.
La Falange invita de nuevo a todos los compatriotas a defender la unidad de España frente a los que llevan casi un siglo amenazándola con violencia.
La Falange invita a todos los españoles a plasmar en la calle su queja y su oposición a una clase política que les ha hecho mas pobres en lo material y les ha robado el sustento de patria del que habló Ramiro Ledesma Ramos, ese al que no se atreven a citar.
La Falange invita a todos los compatriotas el próximo viernes 22 de noviembre a una MARCHA POR LA UNIDAD DE ESPAÑA que comenzará a las 21 h. en la calle Génova 24, junto a la casa natal de José Antonio Primo de Rivera.
Después marcharemos a pie durante la fría noche, un año más, al Valle de los Caídos para mostrar respeto a los que dieron lo mejor, su vida, para ser violentados y vejados tras su muerte.
La infamia de la perversión de la Historia y la profanación de tumbas tendrán respuesta el domingo 23. A las 11:30 partira desde la Plaza de Callao una manifestación que concluirá en la Plaza de Oriente. Allí se celebrará un acto contra la liberticida Ley de Memoria Histórica y la mezquindad del PSOE, capaz de profanar tumbas buscando provecho electoral.