Si os pregunto qué personajes de Navidad conocéis seguro que el más nombrado será Papá Noel o Santa Claus. Sin embargo, existen otras figuras que pueden no resultar tan entrañables y afables. Hagamos la primera parada en Austria, país que tiene al Krampus, un demonio que se dedica a recorrer las calles asustando a los niños y castigando a aquellos pequeños que se han portado mal durante el año llevándoselos en su saco. No todo es malo y al igual que Santa Claus, Krampus también premia a los niños que se han portado bien. Es durante la primera semana de diciembre que los jóvenes austríacos se dedican a asustar a los niños disfrazados de Krampus y haciendo sonar sus campanas por las calles de Austria.
En Alemania nos encontramos con San Nicolás que viaja en burro el 6 de diciembre dejando pequeños regalos como pueden ser monedas, chocolatinas, naranjas y juguetes en los zapatos de aquellos niños que se han portado bien durante el año. San Nicolás nunca viaja solo sino que va acompañado del agricultor Ruprecht, un demonio que va vestido de negro, lleva una gran barba negra y tiene el cuerpo cubierto de campanillas. Al igual que San Nicolás premia a los niños buenos, el agricultor Ruprecht se encarga de castigar a aquellos niños que se han portado mal durante el año y lo hace con una pequeña vara que porta en su mano.
Rusia por su parte, tiene el Abuelo de Hielo también conocido como Ded Moroz. Es una especie de Papa Noel que el día de Año Nuevo aparece cargado de dulces, regalos, matriuskas y muchos más regalos que entrega a los niños que se han portado bien durante el año y siempre y cuando bailen alrededor del árbol de Navidad. Ded Moroz, al igual que San Nicolás, no viaja solo y va acompañado de su nieta conocida como la chica de nieve que le ayuda a repartir regalos.
Islandia es otro país con una tradición que me resulta muy curiosa, los jóvenes Yule. Durante los 13 días previos a la Navidad aparecen 13 picaros que se dedican a visitar a los jóvenes de todo el país durante esas 13 noches. Esperando la visita de los Yule, los niños dejan durante esas noches sus mejores zapatos al lado de la ventana para que los jóvenes Yule les traigan regalos. En este caso aquellos niños que han sido buenos durante el año recibirán regalos mientras que aquellos más traviesos recibirán patatas podridas.
¿Os recuerda a algo? En la tradición cristiana, y muy especialmente en España, tenemos a los Reyes Magos a los que los niños les escriben una carta donde les explican lo bien que se han portado durante el año y les piden sus regalos. La noche del día 5 los niños, al igual que en Islandia, dejan sus zapatos en el balcón o junto al árbol de navidad. Las familias también preparan para esa noche comida como turrón, chocolate para los Reyes Magos y agua para los camellos. Al despertar el día 6 los niños que han sido buenos se encontrarán con sus regalos y aquellos que no han sido tan buenos recibirán una buena cantidad de carbón de azúcar.
No podía finalizar este artículo haciendo mención de Santa Claus o Papa Noel, que cada 24 de diciembre se descuelga por las chimeneas de las casas de los niños para dejar los regalos de la familia en el árbol de navidad. Santa Claus, vive en el Polo Norte con la Señora Claus acompañado de duendes navideños que le ayudan a fabricar los juguetes que le piden los niños en las cartas. Santa Claus, para poder transportar los regalos cuenta con un saco mágico y un trineo mágico volador tirado por renos dirigidos por Rudolph, un reno que ilumina el camino con su nariz roja.
Como podéis comprobar existen muchas leyendas en torno a la Navidad y cada país cuenta con sus personajes que tienen una función primordial, premiar a aquellos niños que se han portado bien durante el año y castigar a aquellos niños no tan buenos. Se trata de tradiciones que se remontan al pasado y que se transmiten de generación en generación. Seas un niño o un adulto es inevitable no sentirse impregnado por el espíritu de la Navidad. Ahora sólo me queda preguntaros, ¿habéis sido buenos este año? Os deseo una Feliz Navidad.