No procederá la liquidación del hecho imponible que grava la ocupación de la vía pública desde el pasado 12 de marzo hasta que las medidas de contención de la COVID-19 lo permitan. Esta medida se une a las diversas líneas de apoyo a comerciantes y hosteleros que el Ayuntamiento de Madrid está adoptando con motivo de la pandemia por coronavirus.
Desde el 12 de marzo, por decreto del concejal del distrito de Centro, el funcionamiento de uno de los mercadillos más famosos de Madrid, el Rastro, se ha visto suspendido temporalmente como medida de contención de la COVID-19. Esta decisión que, en un primer momento, iba a prolongarse hasta el 27 de marzo, se ha ido ampliando a través de los reales decretos dictados por el Gobierno central y se desconoce todavía el día en el que se decretará la vuelta a las actividades donde existen aglomeraciones de personas.
Primer cierre de su historia
La ausencia del mercadillo desde el domingo 15 de marzo supone un hecho histórico ya que es la primera vez que el Rastro no saca sus puestos a la calle ni abre sus tiendas. Ni siquiera durante la época de la Guerra Civil española sus puestos dejaron de estar presentes en las calles del barrio de Embajadores.
En cuanto pase esta etapa de confinamiento por COVID-19, tanto madrileños como visitantes podrán volver a recorrer y comprar en los puestos que componen este mercadillo, situado en las numerosas calles aledañas a la mítica plaza de Cascorro. En ese momento, se podrá retomar también otra de las tradiciones madrileñas como es visitar y tomar el aperitivo en los numerosos establecimientos hosteleros de la zona. Hasta entonces #YoMeQuedoEnCasa.