Un divorcio es un procedimiento legal muy complejo. Confluyen intereses personales, patrimoniales, emocionales, familiares, y un extenso marco legal donde muchas situaciones se decidirán por una interpretación correcta de cada una de las palabras dichas y de los argumentos recabados.
Por eso, nunca valdrá la pena buscar al abogado más barato. Lo mejor, para conseguir un abogado que sepas que te garantizará medianamente los resultados, es basarte en la experiencia y especialización:
El divorcio es un procedimiento difícil. Para las personas, sus familias, su entorno laboral y círculo de amigos. La tensión y los nervios pueden apoderarse de ti y lo único que necesitas en esos momentos es un profesional o equipo de profesionales que te brinde mucha cercanía. Cercanía, o empatía, que son cualidades manifiestas de un buen abogado de divorcios.
Estas cualidades le permitirán al profesional entender mejor tu situación, hacer las preguntas concretas para obtener argumentos de valor para defender tu caso; y a ti te permitirán tener confianza de poder contar tus problemas, tus temores -sin importar lo íntimos que puedan llegar a ser-, así como también tener un amigo en el que confiar y con el que poder hablar cuando sientas que no existen alternativas posibles. Dicho de otra manera: nunca prefieras un abogado que, más allá de su experiencia o especialización, no te brinde la empatía y cercanía que necesitas. Después de todo, pocos casos son tan fuertes emocionalmente como los divorcios, y la asistencia de los profesionales es invaluable.