Biden acusó a Trump de permitir el rearme de Pyongyang con sus encuentros con Kim, mientras que el actual inquilino de la Casa Blanca defendió sus gestiones que condujeron a evitar una guerra que habría supuesto "miles y miles de millones de muertes".
Incluso el aspirante demócrata censuró su “amistad” con Kim, al que calificó de “matón”, mientras que Trump valoró su buena relación con el líder norcoreano. “Tenemos un tipo diferente de relación, pero es muy buena relación", puntualizó.
Nadie pone en duda el desastre de Trump en su política exterior y, precisamente, sus cumbres con Corea del Norte ya estaban previstas que las usaría en su campaña electoral, tal como ha ocurrido en este último debate de las elecciones presidenciales del próximo 3 de noviembre.
Biden se equivoca si cree que presionando a Corea del Norte con la amenaza de no reunirse con el líder norcoreano va a conseguir ablandarlo o que convierta en cenizas todo su almacén nuclear es que o peca de ingenuidad o está lejos de una realidad pues en la península coreana la solución radica en el diálogo y en una nueva cumbre entre EEUU y Corea del Norte.
Corea del Norte necesita tener garantizada su propia seguridad y mientras este aspecto no esté conseguido no hay nada que hacer, así como el lento levantamiento de las sanciones que pesan sobre el régimen norcoreano por sus pruebas nucleares, pero lo que es evidente que el fututo presidente de EEUU debe encauzar las conversaciones con Pyongyang en la base de lograr un mayor éxito que compense la eliminación o congelación del programa nuclear acompañado del levantamiento de las sanciones.
La península coreana ha estado más 70 años viviendo en un volcán con cientos de incidentes, de los que algunos han podido originar graves conflictos a escala mundial.
Biden, quien también llamó mafioso a Kim, acusó a Trump de legitimar a Corea del Norte, y explicó en este segundo y último debate, que Kim no quería reunirse con Barack Obama porque el expresidente estadounidense se negó a legitimar al líder norcoreano, lo que sí ha hecho Trump, según Biden. Pero aun así, el presidente estadounidense insistió que, de no ser por él, hubieran estado en una guerra con Corea del Norte, y que 32 millones de personas en Seúl y millones de personas estarían muertas, agregando que tienen una buena relación ahora, lo que es bueno.
Las alusiones de Biden a Trump en el sentido de que ha permitido a Corea del Norte desarrollar sus capacidades nucleares y de largo alcance por muy ciertas que sean, la situación en la península coreana desde los Juegos Olímpicos de Invierno de Pyeongchang (Corea del Sur-febrero de 2018) han sido claves para que el Norte y el Sur reanudarán sus conversaciones y dos importantes cumbres, pese a sus fracasos, entre EEUU y Corea del Norte, acompañado toco con el cambio de estrategia de la política exterior de Pyongyang. Y no hay otra realidad que seguir, pese a todas las dificultades, en nuevas conversaciones entre el Sur y el Norte y entre norcoreanos y estadounidenses. Pero conflictos bélicos o nucleares se antojan utópicos.
Biden sabe perfectamente que pese a que Corea del Norte cuente con una mayor capacidad de misiles, los cuales son capaces de atacar el territorio estadounidense con más facilidad que nunca, jamás lo hará salvo que Pyongyang se meta en una guerra que sería un suicidio para el régimen, de ahí la vital importancia de seguir en la senda del diálogo para poner fin a una contienda que tiene muy cansados y hartos a todos los coreanos de ambos lados.
La cumbre de febrero en Hanói de 2019 fue un fracaso, algo más esperanzadora la de Singapur (junio de 2018 y el tercer encuentro entre Trump y Kim en junio de 2019 en la Zona Desmilitarizada (DMZ) en Panmunjom deben ser pautas a considerar para el presente de la península coreana encaminadas a una solución definitiva y obviamente EEUU con Biden o Trump tienen la mejor predisposición para ello pero con el firme compromiso de Pyongyang en detener su programa nuclear y también beneficiarse para su maltrecha economía del levantamiento de las sanciones.
Y nadie duda de los avances nucleares de Corea del Norte, incluso su nuevo misil balístico intercontinental (ICBM, según sus siglas en inglés) que el régimen mostró en su reciente desfile militar, puede cargar un cargamento de entre 2,5 y 3 toneladas, pero aun así nadie contempla un ataque nuclear norcoreano, dadas las enormes consecuencias que ello supondría.