La estrategia de marketing de contenidos lleva años dando buenas noticias a quienes apuestan por él en términos de tráfico, de reputación online y de posicionamiento. Aunque, como toda herramienta de marketing que se precie, es una disciplina viva que sigue teniendo que evolucionar para dar respuesta y de verdad efectividad a los planes de marketing.
Solo en Facebook, cada minuto, se suben 147.000 imágenes por minuto. Según estudios recientes, las cifras del tráfico de imágenes e información a través de las distintas redes sociales dan vértigo. Si es así, es el momento de incluir dentro de las estrategias de marketing de contenido esta variante informativa.
Ya sea a través de infografías creadas o de imágenes al uso, es necesario apostar por esa forma de llegar, a golpe de vista, al usuario con la información. A esto se suman ahora las posibilidades que actualmente existen tanto con la realidad aumentada como con las opciones 3D y que permiten interactuar al usuario.
Si una marca consigue que se juegue con su contenido, ya ha triunfado. La gamificación es clave para atraer y, más, si de audiovisual se trata.
En cuanto a la segunda tendencia, está relacionada en parte con lo audiovisual pero pasa por el contenido inmediato: conectar en directo. Los stories, las conexiones en streaming y las opciones que permitan estar en el mismo momento recibiendo el feedback del público se ha visto que tienen mayor acogida que simplemente colgar en un canal el contenido.
Habrá que apostar, por tanto, por programar ciertas citas con la audiencia para hablar de contenidos que les interesen, pero también que sirvan de canal de contacto con ellos para recibir directamente preguntas, comentarios, etc.
En tercer lugar, hay que apostar por algo nuevo en la semántica. Igual que el SEO y el marketing de contenidos se diseñó a través de palabras clave, es el momento de dar el salto a la voz. Cada vez son más los asistentes que reciben las consultas a través de la voz de los usuarios. Esa es una nueva faceta que el marketing de contenidos debe trabajar, el darle sonido a sus palabras clave para que la web sea capaz de reaccionar a las peticiones.
Y, finalmente, sin olvidar la versión clásica del marketing de contenidos, hay que conseguir crear textos únicos que de verdad sean útiles y sumen conocimiento. El lector busca contenido, no relleno, así que es el momento de apostar por olvidarse de longitudes y ofrecer calidad.