Si bien los indicadores de hurtos de vehículos habían descendido al comienzo de la pandemia y el confinamiento, el paulatino regreso de la sociedad a sus actividades está desatando una nueva ola de hechos delictivos en torno a los automóviles, teniendo algunos de estos hechos un denominador común: el uso de inhibidores de frecuencia para concretarlos. La última moda. En efecto, ha sido la propia Policía Nacional la que ha alertado, recientemente, acerca de esta nueva tendencia a la hora del robo de coches, y más en concreto de la sustracción de los objetos personales que pudieran permanecer dentro del habitáculo de éstos.
La metodología empleada por los ladrones es bastante sencilla: aprovechando la tecnología de los inhibidores de frecuencia, evitan que los autos puedan ser cerrados y, con la ventaja de que quedan abiertos, pueden acceder a su maletero o los asientos en el primer descuido del propietario, lo que ha disparado el robo de vehículos en barrios del norte de Madrid, entre ellos La Moraleja, Mirasierra o Pozuelo de Alarcón.
Además, parece que estas situaciones se repiten especialmente en esas circunstancias en las que podemos llegar a estar más distraídos. Como, por ejemplo, cuando salimos del vehículo aparcado para acompañar a nuestro hijo hasta la puerta del colegio.
Este truco que ha ganado terreno sobre todo en Madrid, pero del que también se tiene constancia dedenuncias en otras partes del territorio nacional, se aprovecha de la confusión de esos momentos en los que estamos pendientes de otras cosas, para violar la intimidad del automóvil estacionado. Dejamos el coche, seguros de haberlo cerrado a distancia, pero esto nunca sucede.
Por las averiguaciones de la Policía Nacional, se ha detectado que estos inhibidores se colocan en jardineras, papeleras u otro sitio donde queden camuflados en el entorno, y donde nadie sospecharía de una persona realizando movimientos sospechosos alrededor de un vehículo sobre la acera. Además, normalmente uno de los implicados hace de "campana" por si el conductor regresa.
La última técnica en robo de vehículos es más sofisticada: los ladrones se apoderan legítimamente de los papeles del vehículo, fingen una venta fraudulenta en tráfico con el titular, y posteriormente se apoderan del vehículo sin pagar un euro por él.
Pero si esta moda es la más utilizada para robar en el interior de vehículos, desde este medio hemos tenido acceso a una sentencia que nos revela la metodología usada por un grupo organizado en Madrid para sustraer vehículos y además que acabe sentado en el banquillo como acusado el propietario del mismo.
La metodología, de esta banda criminal fue desenmascarada en el último juicio oral por el abogado penalista Juan Gonzalo Ospina, de Ospina Abogados. En su sentencia el juzgado de lo Penal nº6 de Alcalá de Henares, absuelve a un hombre al que tras robarle su vehículo le acusaron de simulación de delito.
La trama del robo del vehículo
Una banda organizada quedó con un hombre para comprarle su vehículo anunciado en algún portal de Internet. En una primera cita le piden probar el vehículo y fotocopiar su DNI para hacer los trámites, momento en el que aprovechan para hacerse al descuido con los papeles del vehículo.
En una segunda cita, en la cual se debería producir la transacción, le amenazan para que les de las llaves del vehículo sin emplear la fuerza física. Una vez el vendedor accede bajo la presión y amenazas de los individuos, y cuando acude a denunciar, se da cuenta que en el periodo de tiempo entre la primera cita –donde se apropiaron los papeles del vehículo- y la segunda -en la cual se produciría la venta- han aprovechado para cambiar el coche de nombre, falsificando su firma y su consentimiento desde una gestoría, quien lleva posteriormente los papeles a tráfico, y por tanto cuando el legítimo titular denuncia el robo de su coche, en ese momento ya no es oficialmente de su propiedad. Esta circunstancia genera la suficiente confusión jurídica para que la víctima acabe sentada ante el juez por una simulación de delito, necesitando los servicios de un abogado penalista.
En el presente caso, la situación se agrava porque la banda criminal, compuesta por conocidos miembros dedicados al robo de vehículos por la policía nacional, aprovecharon para vender a un tercero de buena fe el vehículo cuando el coche es retirado a su legítimo propietario. En el engaño, los delincuentes venden un coche, que por la mañana dejó de estar a nombre de su propietario para pasar al nombre de uno de los ladrones que aprovecha esta circunstancia para vender el coche a un tercero y quedarse con su dinero. Así los delincuentes cierran el círculo: se apoderan de los papeles mediante el engaño, cambian su nombre en trafico falsificando la firma de su titular, y posteriormente se apoderan del coche por la fuerza y se lo venden a un tercero a quien hacen creer que el coche es realmente de los ladrones por el que nunca han pagado dinero alguno.
Por suerte en este caso el afectado puso su denuncia en manos del despacho penalista especializado en denuncias falsas, Ospina Abogados, valorado actualmente como uno de los mejores penalistas dentro del sector, desde el cual lograron deshacer el nudo judicial encajando una a una las piezas para que el letrado Juan Gonzalo Ospina plantease en el informe oral la absolución e inocencia de su cliente: "no hay prueba alguna que acreditase que nuestro cliente hubiera mentido, siempre dijo la verdad, pero aunque la Policía ya anunció que los ladrones eran conocidos en el robo de vehículos, y que habían falsificado la firma de nuestro cliente en tráfico para robarle su coche, nadie decidió investigar su versión, algo triste y que nos llevó a esta situación kafkiana, una víctima que acaba en el banquillo de los acusados: el sistema ha fallado una vez más".
Por su parte, Juan Gonzalo Ospina atendía amablemente a este medio declarando: "que te amenacen y roben es muy duro, pero se hace aún más difícil si a la víctima se la trata como si fuera culpable. Es muy importante que las víctimas se asesoren correctamente antes incluso de interponer la denuncia para que estas situaciones tan duras no se produzcan y nadie acabe acusado de una denuncia falsa cuando se es una verdadera víctima".