La libra inicia la mañana con problemas para imponerse al dólar, mientras hace agua también frente al euro, tras unos datos de ventas minoristas en agosto peores de lo esperado por segundo mes consecutivo. Tras una contracción de 2,8% intermensual en julio, el volumen de ventas minoristas se contrajo en 0,9% en agosto frente a la ligera expansión del 0,5% que se esperaba. La información más detallada sobre este dato apunta a una mayor rotación del gasto que va pasando de los bienes a los servicios, según su peso en los volúmenes de ventas minoristas, sobre todo en cuanto a las ventas de las tiendas de alimentación que se contrajeron 1,2% intermensual al preferir los consumidores acudir a los restaurantes. Al contrario que en el caso estadounidense, el dato de ventas minoristas en Reino Unido no incluye las ventas de los restaurantes. Aunque el gasto se mantiene por encima de los niveles anteriores a la pandemia, la tendencia descendiente de las ventas minoristas constituye una señal de alarma para el Banco de Inglaterra, pese a los datos positivos del mercado laboral y de la inflación que hemos visto durante la semana. Con las alertas por esta inflación encendidas, esta mañana la libra lo está pasando mal para volver a los niveles que tenía antes del dato de ventas minoristas estadounidense, pese a la debilidad del índice ponderado del dólar.
El dólar pasó ayer a la ofensiva tras la caída de las peticiones existentes de prestaciones por desempleo y el dato positivo de las ventas minoristas en agosto, pese a que se esperaba una contracción del 0,7%. El dato de ventas minoristas no solo fue mejor de lo esperado, sino que superó incluso las expectativas más optimistas e hizo que el dólar pasara al ataque. El índice DXY pasó de estar ligeramente por debajo de 94,5, a cerrar la sesión casi en los 95, con un repunte de medio punto. El dato de ventas minoristas se debe a la combinación de 3 componentes: una subida del 5,3% en las ventas online, la subida de las ventas de mercaderías de 3,5%, y un incremento del 3,7% en la venta de muebles. La conclusión de este informe es que la preocupación por la variante Delta no está restringiendo el consumo, incluso aunque los consumidores se estén retirando para concentrarse en el gasto en servicios. Estos datos positivos se dan tras toda una serie de datos flojos en Estados Unidos, como el IPC y los salarios no agrícolas, y servirán para apuntalar la confianza de la Fed en la mejora de las expectativas para el PIB del T3 antes de la actualización de las expectativas macroeconómicas de la próxima semana. Hoy no contamos con otros datos de interés para el mercado estadounidense y tan solo se publicarán los primeros indicadores sobre la confianza del consumidor de la Universidad de Michigan y sobre la inflación en septiembre.