Vehículos y Motor

Rolls-Royce lanza una avioneta eléctrica

El Spirit of Innovation, avioneta eléctrica de Rolls-Royce.

DESPEGA LA AVIACIÓN CON BATERIAS >>>

· Por Juan Ángel Inarejos

Juan Angel Inarejos | Domingo 10 de octubre de 2021
A mediados del mes de Septiembre ha sido la fecha por Rolls Royce para realizar el primer vuelo de su prototipo de avión eléctrico, el Spirit of Innovation. La aeronave despego de una base militar y estuvo en el aire 15 minutos. Monta tres motores que dan una potencia de casi 500 CV y puede alcanzar una velocidad máxima de poco menos de 500 kilometros por hora. Se trata de un proyecto muy ambicioso que pretende avanzar para incorporar baterías y bloques eléctricos de gran capacidad capaces de producir el empuje suficiente para poner en el aire en el futuro y avión comercial y que además disponga de la suficiente autonomía para ser viable su utilización en rutas comerciales.

En una primera fase podría utilizarse en rutas de corta duración y con pocos pasajeros.

El Spirit of Innovation monta tres motores colocados posicionados axialmente que desarrollan una potencia conjunta de 492 CV y su velocidad máxima en pleno desarrollo será de 480 kilómetros hora.

El récord actual es de 342 km/h, y un intento de romper ese punto de referencia se llevará a cabo a finales de este año para coincidir con la COP26 de la ONU sobre el cambio climático.

Sobre la batería que incorpora únicamente se sabe que posee un peso de 300 kilos y que la energía se almacena en 6.400 celdas individuales.

Durante el pasado mes de marzo, la firma británica Rolls-Royce y Tecnam, empresa de diseño de aviones, se asociaron a la aerolínea noruega Widerøe para poner en servicio un avión de pasajeros eléctrico en el año 2026, siendo Rolls-Royce el suministrador de sistema de propulsión eléctrica, así como de las propias baterías. En junio, la firma británica, también anunció su próxima inyección de casi 100 millones de euros para el desarrollo de nuevos sistemas de almacenamiento de energía para aviones eléctricos en el año 2030.

Además de dar un salto cualitativo en la producción de nuevos materiales para las baterías de aviación, esto va a suponer crear una sinergia que puede hacer que los coches superen los 1.000 kilómetros de autonomía en un tiempo relativamente pronto.

El futuro está más cerca que pensamos.