Sin embargo, este porcentaje ha ido disminuyendo considerablemente con el paso de las semanas, sobre todo si atendemos a los pronósticos de los principales expertos nacionales e internacionales. Prueba de ello son las estimaciones del FMI, por ejemplo, las cuales acabaron situando el aumento del PIB patrio por debajo del 6,5 %.
Este augurio lo comparten otras instituciones, tales como la OCDE y el BdE, cuyos vaticinios se quedan lejos de la barrera del 6 %. Independientemente de cuál vaya a ser el valor exacto, cabe señalar que estas perspectivas económicas de España deben ser recibidas con cautela por parte de la ciudadanía. El motivo que se encuentra detrás de esta afirmación no es otro que el hecho de que están supeditadas a múltiples factores globales. Sin ir más lejos, nos referimos al desarrollo de la pandemia, la inflación, la crisis de suministro y el elevado precio de la energía, entre otros.
El IPC del último trimestre de 2021 experimentó una subida que se situó entre el 5 % y el 5,5 %, lo cual supuso su máximo nivel en casi tres décadas. De acuerdo con los profesionales de Aserta, la principal causa es que un año antes, durante las primeras olas de la epidemia, los precios disminuyeron notablemente. Asimismo, no hay que pasar por alto que el valor de la electricidad, el gas y la gasolina se ha disparado sobremanera.
No obstante, Victor Ruíz, docente de la EAE Business School, apunta que esta tendencia inflacionista revertirá su curso coincidiendo con la llegada de la primavera y el consiguiente estancamiento del precio de la energía. También pronostica que la citada crisis de suministro debería de llegar a su fin antes de que comience el segundo trimestre de 2022, si bien dependerá en gran medida de lo que ocurra en los puertos de Estados Unidos y China, las dos principales potencias económicas del planeta. De igual manera, todo hace prever que la tasa de desempleo estará próxima al 14 % o 15 %, superior a la de la media europea.
Otro de los aspectos a tener en cuenta es la inversión en obra pública. Concretamente, más de la mitad de la cuantía presupuestada para 2022 procede del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia del Ejecutivo español. Esta realidad, sumada a una hipotética modificación de la Ley de Concesiones y la Ley de Desindexación que posibilitara que la Administración aprovechase al máximo posibles fondos privados, resultan claves para que las perspectivas económicas de España se cumplan en 2022.
De acuerdo con Ruíz, los principales objetivos de nuestro país en cuanto a infraestructuras se refiere pasan por afianzar las tareas de construcción en el denominado Corredor Mediterráneo, así como perfeccionar algunos puertos de costa y la red ferroviaria en general. Además, no hay que pasar por alto un reto que deben compartir todos los países: la lucha contra el cambio climático.