Dentro del nuevo inicio de año entramos en una fase en la que debemos plantearnos cuál es el escenario que tendremos a medio plazo para ver cómo afrontar las rebajas y la cuesta de enero.
El escenario que tenemos es el siguiente:
· Variante Omicron que deja de ser tan temida, pero sabiendo que vendrán otras que harán que los mercados tengan otra vez miedo y se hable de confinamientos. Esta situación con el tiempo se irá suavizando y será finalmente erradicada. Pero mientras, estos miedos hacen que las cadenas de suministro y los cuellos de botella vuelvan a verse perjudicados.
· Cuellos de botella, que se van despejando pero que como decía en el párrafo anterior, han sufrido un traspiés por culpa de la variante Omicron. De cara a finales de mayo o junio posiblemente la situación se haya corregido bastante.
· Inflación, que al final no fue transitoria y vino para quedarse. Los precios no los veremos bajar, pero si mantenerse o con muy ligeras subidas a lo largo del año. Un factor que puede hacer subir los precios fuertemente es si se dan ajustes en los salarios y estos se adaptan a la inflación de forma rápida o lenta. En caso de que sea rápido entonces si que los precios podrían subir bastante..
· Las consecuencias geopolíticas que nos rodean tanto de forma interna como externa. Interna con un gobierno que nos lleva a un endeudamiento máximo con un aumento de impuestos que perjudican a empresas y ciudadanos. Con unas perspectivas de crecimiento modestas en relación al resto de países que nos rodean, ya que vemos que nosotros todavía no hemos alcanzado ni siquiera el momento económico antes del covid, y donde no sabemos realmente que se harán con esas ayudas que lleguen de Europa.
Desde el exterior las tensiones de Europa y EEUU con Rusia son constantes y dependemos en Europa de su gas. Luego EEUU y China por la hegemonía en lo político y comercial.
Ante estas circunstancias todo familia debería reflexionar y ver realmente que necesita de cara a estas rebajas. Necesitan acudir a ellas o es para cubrir solo caprichos. Porque aunque las familias con la llegada del covid dispararon el ahorro, antes las perspectivas siguen en ese ahorro, y gastarlo en caprichos en sí es improductivo.
Aunque no lo parezca las compras vienen con financiación, la gente se endeuda, y si realmente no se necesita, pedir dinero (crédito o préstamo) para un capricho no es lo más inteligente, se acaba pagando más de lo que cuesta el capricho.
Y por último, después del posible derroche en cenas, comidas y regalos de navidad, ver con qué capital se cuenta realmente, porque es cuando comienza la planificación de cara al 2022.
Lo más aconsejable para realizar la planificación financiera es contar con un profesional que ayude en esta materia y que el planificador esté certificado en ello. En este caso la guía que se aconseja seguir para poder realizar bien esa planificación si se decide hacerlo de forma particular es:
1º determinar y reflexionar cuáles son las necesidades vitales: comprar una casa, o una segunda vivienda, colegio o universidad de hijos, comprar coche nuevo o un segundo coche, realizar formación, viajar, etc…
2º contar con que tenemos y que debemos, es decir, activos y pasivos para saber realmente cual es el patrimonio de la persona o familia. Los activos son la casa, un coche, dinero en el banco o inversiones en fondos, joyas, cuadros, negocios,... Y como pasivos tenemos el préstamo, la hipoteca,...
3º saber ingresos y gastos para determinar mes a mes qué capacidad de ahorro tenemos y ver cómo lo podemos mejorar y así ir conformando los siguientes apartados:
3.1. protección, relacionado con los seguros en caso de accidente o fallecimiento.
3.2. jubilación, determinar qué pensiones deseamos para construirla.
3.3. ver si tenemos deudas
3.4. inversión para conseguir lo que hemos establecido en el punto 1.
3.5. crear los fondos indispensables para cuando se den situaciones malas:
a) fondo de emergencia
b) fondos de liquidez
c) fondo de emergencia
d) fondo de especulación