Análisis y Opinión

Sánchez vs. Casado: la guerra de la ‘agenda setting’

CARTA DEL PRESIDENTE

· Por Alfonso Merlos, Presidente del Grupo "El Mundo Financiero"

Alfonso Merlos | Domingo 30 de enero de 2022

Recientemente ha trascendido, con números sobre el escritorio, que el presidente Sánchez ha barrido en televisión al opositor Casado, en términos de presencia en pantalla, durante el último año. No sólo eso, sino que en las tenidas por ‘televisiones de izquierda’, la proyección de Ayuso (en no pocos casos blanco favorito para el ‘pim-pam-pum’ progre) ha rebasado incluso la del presidente del Partido Popular.



Es un hecho notorio, más allá del acceso ahora a la estadística, que “las izquierdas dominan la caja tonta”, y que un partido clamorosamente al alza como Vox sigue siendo abiertamente ninguneado, tratado radicalmente por debajo de la representación que tiene hoy y le correspondería por su realidad en votos y escaños.

Pero el problema, para quienes pretenden constituir una necesaria alternativa política e institucional al ejecutivo de socialistas, comunistas, separatistas y radicales no es cuantitativo sino, con mucha más trascendencia e impacto, cualitativo.

Hace exactamente medio siglo, Maxwell McCombs y Donald Shaw firmaron uno de los trabajos más celebrados -y con sobrada razón por su sagacidad y consistencia- en la historia de la comunicación: The Agenda-Setting Function of Mass Media, y lo hicieron en la prestigiosa ‘Public Opinion Quarterly’. El artículo fue ampliado y cuajó en forma de libro, unos años más tarde, bajo el título The emergence of American Political Issues: The Agenda Setting Function of the Press.

Lo que venían a colegir los citados académicos, algo que gozaba entonces y goza hoy de una enorme e indiscutible relevancia, es que, más allá del tratamiento de los mismos, como consecuencia de la selección de temas que hacen los medios de comunicación, la audiencia es consciente o ignora, presta atención u omite, enfatiza o minusvalora cuantos asuntos forman parte de la vida pública. Y así, los enfoca o quedan éstos arrojados en un rincón oscuro.

Dicho en otro lenguaje, un adecuado manejo de la ‘agenda setting’ permite un formidable proceso de control y manipulación de las masas; y esto sin atender siquiera al resultado de las discusiones o debates planteados, en este caso, en la televisión.

El Partido Popular, muy en particular, pero la derecha con carácter general y en democracia, han padecido de largo las consecuencias no de no disponer de una buena estrategia de comunicación sino, con carácter estructural, de no disponer de ninguna. Así, esos partidos han sido incapaces, y aún hoy lo son, de actuar sobre el marco de referencia del debate político, como regla conquistado a placer por el PSOE y sus actores satélites, cuya propaganda (ante la incomparecencia o flojera del rival) se antojaba en muchas ocasiones cuasi-omnipotente.

Especialmente un medio aún hegemónico como el audiovisual, sigue en España produciendo efectos generalizados sobre una masa cada día menos crítica, convertida (como en el análisis de McCombs y Shaw) en un ente inerte que recibe mensajes y los asume sin cuestionamientos ni contexto ni criterio, moldeándose así la comprensión que el pueblo tiene de la realidad social.

Bien harían quienes pretenden desbancar a Sánchez del poder pensar no en exclusiva en “salir en los telediarios” (a la antigua usanza y de acuerdo con el viejo axioma) sino en apoderarse, con los medios y la inteligencia a su alcance, por fin, de la ‘agenda setting’. La clave no es decirle al votante cómo tiene que pensar sino en qué tiene que pensar.