Sociedad

¿Qué nos estamos jugando (aún) tras el estado de alarma?

NUEVO LIBRO DE LUIS SÁNCHEZ-MERLO

· Reza el aforismo de uno de los clásicos de la filosofía que una de las virtudes humanas más raras (por especiales) es la ‘consistencia’, un concepto éste sobre el que huelga cualquier clase de definición porque se percibe, se siente en las personas que logran desarrollarlo y encarnarlo

Redacción | Domingo 06 de febrero de 2022

Ése es uno de los rasgos, en el plano personal e intelectual, profesional, de Luis Sánchez-Merlo, que acaba de lanzar las crónicas de un tiempo inolvidable, de un país que se lame unas heridas que van mucho más allá de las provocadas por el covid-19 y la pandemia que no termina de cesar. Cien artículos para quinientos cuarenta días de pánico, de luto y de esperanza puede ser un buen resumen de ‘Estado de Alarma’, el libro que acaba de publicar (su cuarto ya volumen de columnas), que se extiende hasta anteayer, con la erupción del volcán de La Palma.



Luis Sánchez-Merlo, presente en las páginas de opinión, análisis y reflexión de diarios de absoluta referencia como La Vanguardia o Expansión, entre otros, esboza la pintura de una España que lucha políticamente, institucionalmente, económicamente por salir adelante: con sus traspiés, con sus contradicciones, con su cainismo… y con sus destellos de una grandeza que está, aunque resulta cada día probablemente más difícil identificarla y abrazarla.

En el mejor sentido del término y la comparación, Luis, encaramado desde su atalaya de pensamiento y volcado sobre el bullicio de la actualidad, tiene reverberaciones en su prosa que nos devuelven a la prensa de otro tiempo: probablemente más honda, menos esclava de las redes sociales, más tendente a esa hibridación mágica que conforman la literatura y el periodismo, y que sólo puede nacer cuando verdaderamente, desde una perspectiva cultural, hay fondo de armario.

En ‘estado de alarma’ se intuye esa perplejidad de quien ya acumula décadas de experiencia mirando sobre una sociedad hoy especialmente agitada con la serenidad y el peso de quien ha visto pasar demasiado y lleva casi todas las vacunas puestas. Es un trabajo útil para detenerse, abordarlo y hacer posible desde ahí una crítica a lo que estamos viviendo en primera persona; y, más importante, para forjar interiormente un plan que establezca las actuaciones y los hitos necesarios para cambiarlo y mejorarlo.

Entre la mera especulación y el puro pragmatismo hay un camino para la lectura verdaderamente apasionante. Ahí estamos.