Todo comenzó con la remodelación y peatonalización del tramo comprendido entre la Puerta del Sol y el número 19, a lo que siguió la reconstrucción del actual hotel Four Seasons. Solamente estas mejoras hicieron ya subir la cotización de la zona e impulsaron otroas iniciativas. Sin embargo, la cosa no se detuvo ahí.
Tras el Four Seasons comienza la remodelación de las Galerías Canalejas que están convirtiéndose en un espacio de lujo que abrirá sus puertas en pocos meses.
A ello siguieron las noticias de la adquisición por Millenium del antiguo hotel Asturias, así como la de la compra por Pescaderías Coruñesas de la histórica casa de Tomás Allende que cuenta con más de 100 años de historia a sus espaldas.
Finalmente, la noticia publicada hace pocas semanas por la que se ponía en conocimiento público que el Grupo Paraguas de la mano de un socio turco, Dogus Group, convertirá el edificio Metrópolis en un hotel de cinco estrellas con hotel boutique, un spa, un club privado y varios restaurantes.
Así pues, pocos edificios emblemáticos quedan libres en la “media milla de oro”. Y entre ellos se encuentra el Real Casino de Madrid que resiste como la aldea gala de Astérix y Obélix ante el avance imparable de la urbanización de lujo.
Esta situación preocupa, y mucho, a los socios del Real Casino que ven cómo la actual situación de debilidad institucional motivada tras meses de ataques continuos, y la deriva de los que se postulan como posibles nuevos dirigentes podría afectar a su sede si no es gobernada con mentalidad de futuro, estilo moderno y teniendo como objetivo principal los compromisos con los socios y sus actividades culturales y sociales.
No cabe duda que un edificio que tiene casi 120 años de historia, y 27 desde que se declaró Bien de Interés Cultural (BIC), se ha convertido en una presa golosa que requiere de una dirección con mando firme que la gestione con una mentalidad acorde a los tiempos actuales. Existen muchas dudas acerca de la capacidad de algunos de los nuevos candidatos.