De todos modos, nuestro enfoque como inversor a largo plazo es diferente. Dado que el "riesgo Rusia" o los riesgos relacionados con las inversiones en Rusia no son nuevos, no estamos expuestos en la región. De igual forma evitamos invertir en empresas que dependen excesivamente del mercado ruso y/o que podrían verse significativamente afectadas por una crisis en la región, especialmente a largo plazo, siendo la industria financiera uno de los sectores más afectados, en nuestra opinión.
En cambio, la mayor parte de nuestra cartera de acciones está formada por valores cuyo potencial de crecimiento y beneficios a largo plazo está muy desvinculado de los mercados individuales o de los posibles riesgos de los países. En concreto, invertimos en empresas que tienen un modelo de negocio acreditado y poco endeudado.
En el punto de mira: una cartera sólida
Nosotros seguimos los cinco postulados de inversión de nuestro Flosbach von Storch pentagramm con los que tratamos de reducir los riesgos potenciales mediante la diversificación de los activos en la cartera, además de tener en cuenta la calidad de las inversiones individuales descritas anteriormente. Es decir, en nuestras carteras diversificamos ampliamente el capital invertido que se nos confía entre varias clases de activos, valores individuales y divisas. En este sentido, el oro (físico y no físico) y el dólar estadounidense son componentes importantes y, por tanto, fijos en las carteras, ya que actúan como "coberturas inherentes a la cartera" en estos días.
En definitiva, las carteras deberían estar construidas de forma tan sólida que puedan sobrevivir a largo plazo incluso a las grandes crisis. Esto no significa que, en ocasiones, los precios (no puedan) retroceder de forma considerable. Es muy posible que los mercados de capitales sigan bajando en las próximas semanas y meses, sobre todo porque hay otros factores de riesgo, en primer lugar, la inflación y la posible reacción de los bancos centrales ante ella.
Sin embargo, en nuestra opinión, sería un error, en vista de los rendimientos reales permanentemente negativos, tirar por la “borda” una estrategia orientada a los activos reales y, por tanto, a la acumulación de riqueza real, por miedo a las fluctuaciones temporales, aunque a veces pueda resultar difícil. En otras palabras: en nuestra opinión, no es una buena idea reducir significativamente la cartera de acciones ahora.
Aunque los daños políticos y el sufrimiento de la población de Ucrania son inmensos, es probable que las consecuencias a largo plazo para la economía mundial sean limitadas. La importancia de Rusia radica principalmente en sus materias primas, especialmente sus reservas de petróleo y gas. Por lo tanto, "Occidente" tendrá que soportar unos costes energéticos significativamente más altos a corto y medio plazo, pero se independizará, con retraso, de Rusia como proveedor de energía.