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¿TODOS CONTRA RUSIA?

La amplia coalición occidental: garantía del aislamiento de Rusia y de la ineficacia de su alianza con China

La amplia coalición occidental: garantía del aislamiento de Rusia y de la ineficacia de su alianza con China
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· Por Dr. Alexandre Muns Rubiol, Profesor, EAE Business School

domingo 27 de marzo de 2022, 09:52h

Ucrania criticó entre diciembre y la invasión rusa de Ucrania el 24 de febrero que EEUU y sus aliados occidentales no impusieran sanciones que disuadieran a Vladimir Putin. Pero al cabo de un mes de contienda, la estrategia empleada por Washington es un éxito. Se está entregando armamento a las fuerzas ucranianas, que cuentan con 255.000 efectivos. Concretamente, el suministro de 4.600 misiles antitanque Javelin y 1.400 misiles antiaéreos Stinger sumados a la valentía de los ucranianos han detenido una ofensiva rusa pésimamente planificada. EEUU y la OTAN rechazan imponer un espacio de exclusión aérea sobre Ucrania o proporcionar tanques o cazas porque sería caer en la trampa que ha tendido Putin: utilizar su conflicto con Ucrania para plantar cara y dividir a la OTAN y la UE. Durante más de veinte años el presidente ruso con mucha habilidad táctica dividió a la UE con su política energética, negociando dos gasoductos que discurren desde Rusia por el mar Báltico hasta Alemania (Nord Stream 1 y Nord Stream 2) y dejaban al margen a Polonia y las repúblicas bálticas. Si EEUU y los miembros de la OTAN y de la UE más dispuestos a entregar armamento ofensivo a Ucrania (Polonia, Reino Unido, repúblicas bálticas) lo hubieran hecho, los aliados más cautos (Alemania, Francia) quizás se hubieran desmarcado de la coalición.

Unidad de la coalición occidental

El lema de la administración Biden ante la agresión de Putin es mantener en todo momento la unidad de la coalición occidental. Contrastando con el método unilateralista de Donald Trump, la Casa Blanca ha consensuado pacientemente con sus aliados las distintas rondas de sanciones impuestas sobre el régimen de Putin. Washington no ha adoptado medidas que vayan más allá de las que sus socios en el G7, OTAN y la UE puedan asumir. Dicha postura inteligente es debida al reconocimiento de que el comercio, inversiones y dependencia energética de Europa con Rusia es sustancial. EEUU se ha erigido en el primer productor mundial de petróleo y gas natural y prácticamente no importa hidrocarburos. Ha conseguido la independencia energética y se puede convertir en 2022 en el primer exportador mundial de gas natural licuado (GNL). En cambio, Gazprom y otras empresas rusas proveen el 35% del gas natural que consume la UE, y el comercio bilateral entre la UE y Rusia alcanzó 257.000 millones de dólares en 2021. Los flujos comerciales y de inversión entre la UE y Rusia son sustanciales, pero al margen de los hidrocarburos es Moscú quién padecerá más la prohibición de exportación de múltiples productos.

En 2021, Rusia fue el quinto socio de la UE, representando sólo 5,8% de su comercio total. En cambio, la UE fue el primer mercado de exportación de Rusia en 2020, con un 37,3% de su comercio. La UE es además el primer inversor en Rusia. Su stock acumulado de inversión directa extranjera (IDE) es de 311.000 millones. Bruselas ha acordado la prohibición de inversión en el sector energético ruso. Asimismo, tanto EEUU como la UE no exportarán productos de lujo y bienes con tecnología avanzada. Rusia perderá su cláusula de nación más favorecida, lo que implicará que pagará aranceles más altos en las pocas exportaciones que destine a EEUU y la UE.

Composición de los intercambios comerciales entre la UE y Rusia

En 2021 la UE exportó productos por valor de 107.000 millones de dólares a Rusia, e importó bienes por valor de 172.000 millones. Con la notable excepción del petróleo y gas natural, la UE puede remplazar fácilmente la madera, hierro, acero y fertilizantes que adquiría de Rusia. En cambio, Moscú tendrá más dificultades en conseguir proveedores de la maquinaria (21.250 millones de dólares), vehículos (9.755 millones), productos farmacéuticos (8.829 millones) y material eléctrico (8.251 millones) que compraba a la UE. Esta circunstancia se agudiza por el hecho de que EEUU exportaba bienes parecidos a Rusia: vehículos y piezas, motores, maquinaria y equipos eléctricos, médicos y ópticos. Los analistas prevén que China sustituirá a EEUU y la UE en la provisión de dichos bienes a Rusia. Pero Pekín no puede inmediatamente abandonar a sus otros clientes y reorientar sus flujos comerciales internacionales para rescatar a Vladimir Putin. Además, China depende de sus exportaciones récord a EEUU y la UE. En 2021 China vendió bienes por valor de 3,3 billones de dólares a EEUU y 472.000 millones a la UE. Dichas cifras dejan en ridículo la magnitud de las exportaciones chinas a Rusia de 68.000 millones.

Éxodo de multinacionales de Rusia

En cuanto a las inversiones productivas, la universidad de Yale ha elaborado una lista de 450 multinacionales que han alterado sus operaciones en el mercado ruso. Algunas se retiran totalmente, otras suspenden sus operaciones o paralizan sus inversiones, ventas o suministros. Entre las europeas que abandonan totalmente Rusia figuran Accenture, Adidas, Airbus, Aldi, Amadeus, BNP Paribas, BP, Chanel, Credit Suisse, Daimler, Danone, DB Schenker, Deloitte, Deutsche Bank, Diageo, Eni, Equinor, Ericsson, Ernst & Young, Eurovision, Ferragamo, J. Sainsbury, KPMG, Norwegian, Rolex, Shell, Swarovski y Wintershall.

El acceso o venta de tecnologías punta es otro ámbito dónde EEUU y sus aliados han logrado un alto grado de consenso. EEUU mediante diversas leyes se otorga el derecho de aplicar sanciones secundarias a empresas que vendan productos con tecnología de EEUU o incluidos en las listas de prohibición de exportación. Donald Trump impuso restricciones de inversión y acceso al mercado de EEUU sobre 48 empresas chinas. Pero al expresidente le costaba que incluso el Reino Unido se sumara a su boicot de Huawei. Biden amplió la lista a 59 empresas, cuyo denominador común es pertenecer al complejo militar industrial chino. Son multinacionales de los sectores de aviación, aeroespacial, astilleros, comunicaciones, electrónica, nuclear, química, semiconductores y telecomunicaciones. El enfoque multilateral de Biden ha convencido a la UE y otros aliados a no exportar la mencionada tecnología o productos, pero en este caso a Rusia. La Casa Blanca ha advertido a China y otros países que intenten evadir las sanciones exportando los productos vetados a Rusia que sufrirán penalizaciones adicionales. La lista de 59 empresas chinas vetadas previas al conflicto en Ucrania facilita la supervisión occidental de las decisiones de Pekín. Concretamente, el denominado Foreign Direct Product Rule (FDPR) restringe o prohíbe la inversión en o compras de empresas que exporten tecnología o software de EEUU a países o empresas sancionadas sin autorización. La acción contra Huawei pretendía impedir su capacidad de participar en el desarrollo de la red de 5G en EEUU. Se le prohibió adquirir semiconductores (chips) fabricados con tecnología de EEUU, aunque en dicho proceso participen empresas no estadounidenses. El FDPR causó una pérdida de ingresos del 30% a Huawei.

El papel fundamental de los semiconductores

La administración Biden ha adaptado el modelo utilizado contra China para imponer un FDPR sobre todo el sector militar ruso y una parte de su actividad económica civil. Los semiconductores, circuitos integrados y microprocesadores son indispensables para los sistemas electrónicos de productos tecnológicos habituales (móviles, vehículos, electrónica de consumo) y sectores punta como la inteligencia artificial, robótica y telecomunicaciones. El Partido Comunista chino desde años es consciente que su modelo de exportación de textiles, ropa, juguetes, móviles y electrónica de consumo había alcanzado sus límites, debido en parte a la deslocalización a países con salarios más reducidos. Por ello y para alcanzar a Occidente, desde 2015 Pekín mediante su estrategia Made in China 2025 ha otorgado subvenciones de más de 200.000 millones a sus empresas en sectores tecnológicos punta como la aviación, las telecomunicaciones, robótica, inteligencia artificial, ingeniería marina, energías renovables, tecnologías verdes y vehículos eléctricos. En algunos ha superado a las multinacionales occidentales. Pero en el decisivo ámbito de los semiconductores es Taiwán quien fabrica el 60% de los chips, mientras que China produce un 6%. Los semiconductores de alta gama de menos de diez nanómetros (nm, milmillonésima parte de un metro) de tamaño únicamente los ensamblan la multinacional taiwanesa Taiwan Semiconductor Manufacturing Co. (TSMC) y la coreana Samsung. TSMC ya está desarrollando un chip de 3 nanómetros. El mayor productor chino, SMIC, está incluido en la lista de empresas vetadas.

Ampliar la coalición de EEUU no solamente a la UE, Reino Unido y Canadá sino también a Japón, Corea del Sur, Australia y Taiwán persigue un triple objetivo. Por una parte, impide que las multinacionales punta de dichos países colaboren con empresas rusas y chinas, ralentizando los esfuerzos de Pekín de lograr la supremacía tecnológica global. Desincentiva fuertemente a las empresas chinas a exportar los productos vetados a Rusia. Si lo hacen no solamente serán multadas, sino que no podrán comprar los semiconductores y otra tecnología que China no fabrica. En tercer lugar, refuerza una coalición que además de frenar la cooperación económica y tecnológica entre China y Rusia dificulta su amedrentamiento militar de Corea, Australia y Taiwán. La escasez de semiconductores debido a la disrupción de las cadenas globales por Covid-19 antecede a la invasión de Ucrania y ralentizaba la fabricación de productos en China y otras potencias.

Primacía occidental en los semiconductores más avanzados

El 90% de los semiconductores empleados en la fabricación de productos en China son importados o producidos por empresas extranjeras. Los semiconductores son imprescindibles para la tecnología de vehículos, bienes electrónicos de consumo, armamentos y sectores tecnológicos punta. También son componentes esenciales para que la inteligencia artificial pueda desplazar a los humanos en el diseño de armas sofisticadas. Su producción final es el resultado de amplias cadenas y redes globales que incluyen investigación, suministro de materias primas y ensamblaje final. TSMC domina globalmente con una cuota de 90% la fabricación de dichos semiconductores de alta gama. TSMC ya está desarrollando un chip de tres nm, mientras que su rival china SMIC está en la lista de empresas vetadas y los analistas proyectan que su retraso es de una década. La miniaturización progresiva de los chips significa que contienen miles de millones de componentes electrónicos en un espacio de pocos milímetros cuadrados. Para conseguir ensamblarlos es fundamental la técnica de litografía ultravioleta extrema, liderada por la multinacional neerlandesa ASML. EEUU aún juega un papel clave en la investigación y desarrollo de los semiconductores más avanzados. Pero deslocalizó su producción a Taiwán. La administración Biden logró que TSMC abriera una fábrica en EEUU y se está financiando la construcción de más plantas.

Biden no ha creado por primera vez una coalición de países occidentales y otras democracias que restringen la exportación de tecnología avanzada con aplicaciones militares a países hostiles. El COMCOM (Comité de Coordinación de Controles Multilaterales de Exportación) fue establecido por Occidente para impedir la transferencia de tecnología avanzada a los países comunistas al principio de la Guerra Fría. El denominado acuerdo de Wassenaar desde 1996 está integrado por 42 países que colaboran para evitar que armas o tecnologías para su desarrollo acaben en manos de países no pacíficos. Pero ante la agresión de Putin contra Ucrania, sí debe felicitarse a la administración Biden por trabajar con paciencia y ahínco para forjar una coalición de democracias avanzadas a las que China necesita y no puede desafiar.

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