China y la UE pueden avanzar en una hoja de ruta compartida para lograr la paz en Ucrania, destacó, y añadió que lograr la paz en Europa es un requisito indispensable para avanzar en la recuperación económica pos-Covid 19. El estallido bélico ha disuelto el importante esfuerzo de la UE y los países europeos para iniciar la recuperación, pudiendo afectarle de modo muy profundo, como ya estamos viendo en el repunte de la inflación. Es urgente, por tanto, que la UE abogue por recuperar su senda inicial y replantee su agenda en función de sus intereses más inmediatos y directos.
Con China, la UE puede establecer una densa agenda bilateral en la que no solo puedan seguir profundizando en su relación comercial sino en otros asuntos clave como el cambio climático o la contribución recíproca a la estabilidad global. En este sentido, es decisivo que la UE no se deje arrastrar a dinámicas de confrontación con el argumento de la seguridad y abogue por el desarrollo y la construcción de confianza como prioridades elementales.
"Europa vivió en primera persona la guerra fría, conoce bien sus efectos y consecuencias, y debe rechazar cualquier vuelta atrás. Su experiencia representa un significativo aporte para huir de maniqueísmos simplistas y reconocer la complejidad del momento presente abogando por la multipolaridad y las soluciones compartidas," recalcó.
"Al expresar la voluntad de mejorar las relaciones bilaterales con China, la UE debe comprometerse firmemente con la cooperación, abordando las diferencias y promoviendo la comunicación y el entendimiento. La UE no debe sumarse a estrategias de confrontación que hoy se promueven desde Washington con el propósito de preservar su hegemonía. Su empeño debe ser la democratización de las relaciones internacionales y no la segmentación con tintes crecientemente belicistas. Más bienestar social y menos gasto militar," subrayó.
España, como país importante dentro de la UE, que en 2021 consolidó a China como principal importador por delante de Alemania, tiene también un especial interés en promover la autonomía estratégica de Europa en el concierto internacional, sin subordinación a otros intereses que no sean los propios, afirmando la independencia de su política exterior, finalizó.