Aromas, sabores, luces, colores, y una sorprendente escenografía y puesta en escena, cuidadosamente estudiada, son el mejor secreto de una oferta tremendamente elegante, arriesgada, divertida, siempre en un contexto de exclusividad.
Más allá de la citada gastronomía peruano-japonesa, hay un espacio singular y rotundo reservado para los soberbios cócteles de autor, que adquieren un protagonismo de primera magnitud. Todo bajo la batuta de Toni Espinosa, uno de los coreógrafos de más peso de nuestro país y que ha pasado por Billy Elliot, Grease y Matilda.
Se dan todas las notas para disfrutar en un Latigazo que pone sobre el escenario bailarines las noches de miércoles a domingo, para amenizar la propuesta de carta dirigida por el chef Jorge Rodríguez, un apasionado de la experimentación y la frescura.
En pleno centro de Madrid (Infantas 28) está empezando a cuajar, con fuste, un punto de encuentro que promete notas de distinción, hasta hoy, desconocidas en las ambiciosas… y multisensoriales noches de la capital. ¿Quién se atreve?