DE LA MEJORA DE LA POLÍTICA EN TIEMPOS DE CRISIS
Homo politicvs y regeneración partitocrática
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Gonzalo Fernández de la Mora (1924-2002) |
Se cumple el undécimo aniversario del fallecimiento de Gonzalo Fernández de la Mora
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José Luis Barceló Mezquita
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jlbarceloelmundofinancierocom/9/9/27
martes 21 de octubre de 2014, 14:31h
De la crisis económica se ha derivado a una crisis política y social de imprevisibles consecuencias que, sin embargo, sirve para recapacitar y afianzarse en el esfuerzo y el optimismo. Algunos filósofos de la teoría política, como Gonzalo Fernández de la Mora del quien se cumple el undécimo aniversario de su fallecimiento, vaticinaron hace lustros el final de las ideologías y los males de la partitocracia.
Albert Einstein solía sostener en público –seguramente en torno a la crisis de 1929-, que la crisis solía hacer más fuertes a los que la sobrellevaban, e insistía que el que aguantaba la crisis era grande porque nadie le había superado. En cierto modo sus pensamientos coincidían con los de otro germano loco, Friedrich Nietzsche, quien razonaba que lo que no nos destruye nos hace más fuertes.
En los tiempos que corren cabe meditar acerca de si lo que nos está destruyendo es realmente la crisis o más bien son los políticos, que se han llevado por delante lo poco en lo que ya creíamos, nuestro sistema de relaciones sociales y económicas y la confianza en un sistema que se sustentaba más en el día a día que en otra cosa. Uno no sabe si la crisis ha venido sola y es global, como intentan convencernos, o más bien han sido los políticos y el sistema que han creado lo que nos ha hecho desembocar en esta situación.
Este 10 de febrero se han cumplido once años del fallecimiento de uno de los mayores intelectuales de la filosofía política de España, Gonzalo Fernández de la Mora, uno de los fundadores de Alianza Popular, partido antecesor del actual Partido Popular, y muy crítico con el sistema de partidos políticos en que desembocó la Constitución de 1978. Y fue además Fernández de la Mora uno de los pocos diputados –lo era por Pontevedra-, que votó en contra del texto elaborado y al que él envió numerosas enmiendas.
Coincidiendo con el aniversario del fallecimiento de Fernández de la Mora, se cumple además este año el trigésimo aniversario de la fundación de “Razón Española”, revista de pensamiento político fundada por dicho teórico del razonalismo, movimiento filosófico que comienza a desarrollarse a partir de su pensamiento a partir de 1982 y que se difundió desde la revista “Razón Española”. El razonalismo dio origen a cuatro libros de honda indagación antropológica del propio autor, como son “La envidia igualitaria”, “El hombre en desazón”, “Sobre la Felicidad”, y un texto aún inédito, “El búho de Minerva”.
Según el autor, y los intelectuales que han seguido dicha disciplina entre los que se encuentran el filósofo Luis Sánchez de Movellán de la Riva, el estudioso Ángel Maestro o el catedrático Dalmacio Negro, el “razonalismo” sería la aplicación de la razón en todas las áreas de la vida humana, con consecuencias tanto en el aspecto intelectual como en el moral. Fernández de la Mora intentó una nueva interpretación de los principales filósofos españoles a partir del dualismo pathos/logos, es decir, emotividad frente a razón, destacando en ellos la "razonabilidad", y criticando sus aspectos irracionales. De acuerdo con este criterio, seleccionó los seis filósofos más relevantes del siglo XX español, a saber Zubiri, Amor Ruibal, Ortega y Gasset, D´Ors, García Morente y Millán Puelles.
Fernández de la Mora elaboró una nueva teoría de la ética de la que derivaba que la decisión entre lo que es el bien y el mal no depende de la tradición o de la revelación, sino del análisis racional, teniendo como meta el bien de la especie humana. Muchos libros y textos suyos criticaron premonitoriamente el sistema político actual y, desde luego, la debacle del sistema autonómico y la forma en la que se constituían los partidos políticos. En cierta manera, si hoy Don Gonzalo levantara la cabeza vendría en darse cuenta de la razón de sus escrito anticipatorios. Por desgracia, el tiempo ha venido en darle la razón, una razón “razonalista” porque los partidos y los políticos españoles de nuestro tiempo se han dejado llevar, por desgracia, más por la emotividad de disponer de poder y “sobres”, que por el logos, que les habría obligado a cumplir con su deber ante los ciudadanos.
¿Podrían los partidos de hoy regenerarse bebiendo de las fuentes de teóricos como Fernández de la Mora, nadando en la disciplina, el rigor y la austeridad? El Partido Popular debería hacerlo, porque en Fernández de la Mora tiene una de sus semilleros más fecundos para un conservadurismo renovado.
Sin embargo resulta hoy curioso como escritos como los de Fernández de la Mora, han venido en cumplirse al cabo del tiempo, especialmente en lo que se refiere al materialismo de los partidos políticos, la anulación de las ideologías y el ocaso de la partitocracia por sus propias ambiciones y vanidades. Sin valores humanos y personales será imposible regenerar la vida política y volver a prestigiar la gestión de lo público, hoy denostada.