La semana pasada se debatió mucho sobre si EE.UU. está en recesión o no, con un bando apuntando a la definición técnica de dos trimestres consecutivos de crecimiento negativo y el otro a la fortaleza del mercado laboral y del consumidor. Naturalmente, la proximidad de las elecciones de mitad de mandato favoreció la discusión.
Es probable que el mismo debate se produzca si (o cuando) Europa entra en recesión y se espera que las encuestas pongan de manifiesto la debilidad generalizada esta mañana. La guerra en Ucrania está pasando factura, sin duda; por no hablar de la constante interrupción de los flujos de gas, que podría llevar al racionamiento este invierno, con países que ya se han comprometido a recortar el uso del gas en un 15%.
Con la previsión de que los PMIs registren cifras de contracción en todo el bloque, parece cada vez más probable una recesión que se verá agravada por el hecho de que el BCE se vea obligado a subir los tipos y a impedir que la inflación se descontrole aún más. El invierno se acerca y promete ser peligroso. Europa espera que no haga demasiado frío.
Un beneficio superado, pero no todo son buenas noticias
HSBC superó las expectativas de los analistas, al presentar unos beneficios de 5.000 millones de dólares en el segundo trimestre, al tiempo que aseguraba a los inversores que volvería a repartir dividendos trimestrales antes de la pandemia a principios del próximo año. Sin embargo, los beneficios fueron inferiores a los del año pasado en el primer semestre como consecuencia de los 1.100 millones de dólares de pérdidas crediticias y deterioros previstos debido al difícil entorno económico. Aunque la empresa confía en los progresos realizados en su programa de transformación, es evidente que aún queda camino por recorrer para mantener a los inversores a bordo, en medio de un impulso para escindir su negocio en Asia.
La atención se centra en la reunión de la OPEP
Los precios del petróleo comienzan la semana a la baja con la vista puesta en la próxima reunión de la OPEP+ del miércoles. Dado que el acuerdo anterior ha expirado y el grupo ha deshecho teóricamente todos los recortes de producción pandémicos, la atención se centrará ahora en cómo la OPEP+ planea alcanzar realmente esos objetivos y si se anunciarán nuevos aumentos en el futuro.
El presidente Biden espera que su viaje a Oriente Medio haya contribuido a asegurar algún tipo de impulso, o al menos que lo parezca, que podría ser importante de cara a las elecciones legislativas de dentro de unos meses. La semana pasada, un funcionario estadounidense se mostró optimista, aunque los informes sugieren que no es probable que se produzca un aumento, aunque se discuta.
La recuperación del oro puede tener recorrido
El oro ha bajado un poco, reduciendo sus ganancias después de haber repuntado con fuerza en la segunda mitad de la semana pasada. El cambio de rumbo de la Fed, que depende de los datos, ha sido el último catalizador de la caída de los rendimientos en EE.UU., ya que los operadores redujeron sus expectativas de subidas de tipos en el futuro. El índice a 10 años está ahora muy lejos de sus máximos de hace un par de semanas, lo que está provocando el último repunte del metal amarillo.
No me convence del todo el reciente rebote que estamos viendo en los mercados, ya que la inflación sigue siendo muy alta, los bancos centrales están lejos de haber terminado con su ajuste y la narrativa de la recesión no es suficiente. El oro es potencialmente la excepción, ya que podría beneficiarse de los flujos de refugio si los países entran en recesión y los bancos centrales se ven obligados a elegir entre alcanzar los objetivos de inflación o la economía.
¿Un repunte del mercado bajista en las criptomonedas?
El bitcoin es otro ejemplo de un instrumento que está rindiendo bien y, sin embargo, me cuesta subir a bordo con su justificación. Tiene toda la pinta de ser un rally de mercado bajista, como podemos ver en los mercados de renta variable, pero eso no significa que no tenga más recorrido. Mostró mucha resistencia por debajo de los 20.000 dólares en algunos momentos en los que las condiciones distaban mucho de ser ideales, lo que puede proporcionar cierta confianza en que lo peor ha pasado, pero no estoy convencido de que sea así. Es posible que este año se produzcan algunos sobresaltos en los mercados en general y las criptomonedas no serán inmunes a ellos.
Craig Erlam, analista de mercado sénior, Reino Unido y EMEA, OANDA