China mantiene las tasas de inversión en activos fijos, que han aumentado un 5,7 % entre enero y julio. La inversión en activos fijos de China aumentó un 5,7 por ciento interanual en los primeros siete meses de 2022, de acuerdo con datos del Buró Nacional de Estadísticas que han sido recientemente publicados.
En el período enero-julio, la inversión en activos fijos superó los 31,98 billones de yuanes (unos 4,74 billones de dólares). Es verdad que el crecimiento se redujo respecto al aumento del 6,1 por ciento registrado en el primer semestre de este año. En julio, la inversión en activos fijos aumentó un 0,16 por ciento en relación con junio, pero, en todo caso, de enero a julio, la inversión en activos fijos del sector privado aumentó un 2,7 por ciento en comparación con igual lapso de 2021, ubicándose en 17,8 billones de yuanes, una cantidad muy abultada si tenemos en cuenta que China ha sido hasta el advenimiento de la pandemia uno de los mayores exportadores del mundo, especialmente en tráfico de mercancías por mar, desde puertos tan importantes como Shanghai, Hong Kong, Shenzen o Ningbo-Zhoushan.
Las cifras de la producción de China tampoco se han visto impactantemente perjudicadas, y han aumentado un 3,5 % entre enero y julio. Este importante indicador económico registró en julio, según datos del Buró Nacional de Estadísticas (BNE), un crecimiento interanual del 3,8 por ciento y un alza intermensual del 0,38 por ciento. En el análisis por propiedad, la producción de valor agregado de las empresas controladas por el Estado lideró las ganancias, con un crecimiento interanual del 5,4 por ciento en julio, seguida por la de las empresas con participación accionaria.
Entre los tres sectores principales, la producción y el suministro de servicios públicos mostraron el crecimiento más veloz, con un aumento del 9,5 por ciento interanual durante el mencionado período, superando a los sectores de minería y manufactura, que tienen una traslación muy directa hacia el exterior, mercados que se han visto estrabngulados por las diversas crisis consecutivas. Sin embargo, para muchos analistas la clave del crecimiento de China estriba en el portensoso crecimiento de su consumo interno, que puede arrojar, según algunas estimaciones, en torno a un 2% del total del PIB, algo que ningún país del mundo puede sostener. El crecimiento del consumo interno es una de las claves del crecimiento total chino: la constante en la mejora de vida de sus ciudadanos posibilita una estabilización de su Sociedad.
Por su parte, el sector manufacturero de alta tecnología reportó una expansión interanual del 5,9 por ciento, 2,1 puntos porcentuales más que el crecimiento general de la producción industrial, según el BNE. Los íncices de penetración de Internet en China también están muy por encima de los de los países con similar renta per capita.
La paradoja de China es que, siendo uno de los países del mundo con mayor PIB, su renta per capita, un poro por encima de 12.000 dólares anuales, es similar a la de países como Rumanía o Costa Rica, según los datos del Banco Mundial, cuando su PIB nominal se cifra en una masa de 18.463.130 millones de US dólares, siendo la segunda del mundo después de la de Estados Unidos, con 24.796.076 millones de US dólares y prácticamente un 20% de la economía mundial, según datos del Fondo Monetario Internacional. Para que nos hagamos una idea del PIB chino, baste mencionar que es similar al del total de la Unión Europea.
En términos de productos, la producción de automóviles de nueva energía y celdas solares aumentó un 112,7 y un 33,9 por ciento interanual, respectivamente. Muchos de los autos que se producen en China quedan para consumo interno, y se abrican especíicamente para los estándares y necesidades de la población, que va creciendo en sus tasas de automoción. Muchas grandes capitales, como Beijong o Shanghais, solo permiten internamente la circulación de motocicletas eléctricas, por lo que otro tipo de motirizaciones quedan relegadas para otros escenarios, y la electrificación de sus vehículos va muy por encima de la de, incluso, la mayor parte de los países desarrollados.
China ha anunciado recientemente que ampliará la inversión en infraestructura para impulsar el crecimiento de la misma en las industrias manufactureras relevantes e implementará en plenitud las políticas de reducción de impuestos y tarifas con el fin de reducir el costo para las empresas en la siguiente fase, dijo Fu Linghui, portavoz del BNE.
La producción industrial se utiliza para medir la actividad de grandes empresas designadas, aquellas cuyo volumen anual de negocios alcanza o supera los 20 millones de yuanes (unos 2,96 millones de dólares).
Otro dato relevante es el que ha arrojado la cifra de ventas minoristas, que crecen 2,7 % en julio. según los datos del Buró Nacional de Estadísticas (BNE). La tasa de crecimiento se desaceleró desde el aumento del 3,1 por ciento registrado en junio. Las ventas minoristas de bienes de consumo del país sumaron alrededor de 3,59 billones de yuanes (unos 532.600 millones de dólares) el mes pasado. Durante los primeros siete meses del año, las ventas al por menor de bienes de consumo cayeron un 0,2 por ciento interanual y se ubicaron en 24,63 billones de yuanes.
Tambiñen el sector de servicios de China continúa su recuperación en julio, según citó recientemente Fu Linghui, portavoz del Buró Nacional de Estadísticas. Fu señaló en conferencia de prensa que el índice de producción de servicios registró un alza interanual del 0,6 por ciento el mes pasado. Las industrias de servicios modernas experimentaron un buen impulso de crecimiento, añadió el portavoz. Los servicios de transmisión de información, software y tecnología informática y los servicios de intermediación financiera reportaron un sólido desempeño, con aumentos en sus índices de 10,3 y 4,9 por ciento, respectivamente. En términos de actividades comerciales, Fu señaló que el índice para el sector servicios en general se ubicó en 52,8 por ciento. El funcionario detalló que múltiples industrias permanecieron dentro del rango de alta expansión del 55 por ciento y más, incluyendo el transporte ferroviario y aéreo, el alojamiento, el catering, la cultura y los deportes, así como las actividades de entretenimiento, a las que los chinos estan cada vez más volcados.
El índice de los costes de la vida tambiñen ha aumentado en China. Este puede ser un dao preocupante en un país que aún se considera en fase de desarrollo no colmatado. China es un país que sale de una marcada ruralización hacia un proceso industrial y urbanizado muy acelerado. Los precios suben porque además muchos se los habitantes chinos se han volcado a buscar su hábitat en megaciudades donde los precios son más elevados, y esa concentración humana en torno a ciudades traerá arde o temprano problemas imprevistos de encarecimiento del coste de la vida para todos sus habitantes y en problemas de suministro y energía, problemas que hasta ahra los chinos no padecían.
El índice de precios al consumidor (IPC) de China, uno de los principales indicadores de la inflación, registró en julio un crecimiento interanual del 2,7 por ciento, según las fuentes del Buró Nacional de Estadísticas (BNE). Es un dato tangible que demuestra que los precios en China no se pueden controlar y que mantienen leves ajustes crecientes en la medida que las provisiones exteriores se encarecen también. La cuestión es hasta cuando China, y sus habitantes, van a poder mantener una espiral de crecimiento de sus precios.
Los precios de los productos no alimentarios subieron en julio un 1,9 por ciento en comparación con el mismo mes del año pasado, por debajo del aumento del 2,5 por ciento reportado en junio, según los datos del BNE. Algo que, tarde o temprano, acabará mellando la confianza de los chinos en las medidas económicas del gobierno, porque la gente, sean chinos o de otro país, muestra siempre sus desacuerdos cuando se le toca el bolsillo.
El trabajo y el empleo se urbanizan e industrializan en China en detrimento del trabajo en el campo, del que todo el mundo intenta huir y esto se ha trasladado a una mayor tasa de creación de empleo industrial. Las ganancias de las principales empresas industriales de China mantuvieron el impulso de crecimiento en el primer semestre de 2022 a medida que la producción continuó recuperándose. Las firmas del sector con ingresos comerciales anuales de al menos 20 millones de yuanes (2,95 millones de dólares) en sus negocios principales, registraron ganancias combinadas superiores a los 4,27 billones de yuanes durante el período, detalló hoy miércoles el Buró Nacional de Estadísticas (BNE). La cifra representó un aumento interanual del 1 por ciento en comparación con el mismo lapso de 2021, lo que mantiene su sostenibilidad y se resumen en márgenes y beneficios que permiten aún la inversión y la expansión.
China tendrá que afrontar en la segunda mitad de este año nuevos cambios en la línea política, dado que hacia los meses de octubre o noviembre de 2022 tendrá lugar el XX Congreso Nacional del PCCh, que promoverá cambios en la cúpula dirigente del pais y establecerá las tareas de China para los próximos cinco años. Este Congreso analizará el plan de desarrollo de dos etapas de China hacia mediados del siglo XXI y delineará las tareas estratégicas en los próximos cinco años en especial. Es previsible, según algunos nalistas chinos, que el presidente chino, Xi Jinping, también secretario general del Comité Central del PCCh y presidente de la Comisión Militar Central, vuelva a presentarse a la reelección, tras casi diez años al frente de China.
El PCCh elaboró un plan de desarrollo de dos etapas para el período comprendido entre 2020 y mediados de este siglo en su XIX Congreso Nacional en octubre de 2017. Según dicho plan, la modernización del país se realizará básicamente en China para 2035, momento en el que China se habrá transformado en un gran país moderno y próspero, fuerte, democrático, culturalmente avanzado, armonioso y hermoso, según las palabras del texto traducido. Muchos de esos calificativos ya los tiene y no hace falta esperar a mediados del siglo, pero el gran reto que tiene que asumir el nuevo equipo dirigente chino para finales de este año, sliente del Congreso, es el de afianzar sus alianzas y ofrcer confianza de cara al exterior: que sea percibido más como un socio deseable o un amigo que como una amenaza, y que la prosperidad de sus habitantes se mantenga en equilibrio y sin desigualades, algo que en el caso de China, de por sí solo debe ser una preocupción tanto para el Gobierno y la Administración del país como para el resto del mundo.