A diferencia de los PMI de la zona euro y de EE. UU., los datos del Reino Unido de ayer fueron menos claros en términos de política monetaria. Por un lado, un crecimiento más lento y la moderación de los precios de los insumos serán noticia para las palomas, mientras que la continuidad de las intenciones de contratación y la atonía moderada en la demanda de mano de obra lo serán para halcones, debido a los indicios de un mayor crecimiento salarial en el futuro. Sin embargo, en última instancia, no esperamos que los últimos datos de los PMI desvíen al Banco de Inglaterra de su actual senda de tipos proyectada y seguimos esperando una segunda subida consecutiva de los tipos de interés de 50 pb en la reunión de septiembre. De forma similar al euro, el repunte del 0,5% de la libra de ayer se debió principalmente a los datos de los PMI estadounidenses y no a acontecimientos económicos internos. Durante el resto de la semana, los intermediarios de la GBP serán susceptibles a la evolución de los precios de la energía en Europa y de los mercados de deuda de EE. UU. antes de la reunión de Jackson Hole del viernes y del lanzamiento oficial del último aumento del límite de precios de la Ofgem.
El dólar registró ventas masivas el martes tras la publicación de unos datos innegablemente débiles en los índices PMI estadounidenses. Todos los índices cayeron con respecto al mes anterior y no alcanzaron las expectativas, mientras que tanto el índice compuesto como el de servicios se situaron por debajo del umbral de 50, lo que pone de relieve una contracción de la actividad económica. El índice de servicios supuso el mayor impacto y, dado que el sector servicios representa la mayor parte de la actividad económica de EE. UU., fue una señal clara de que las perspectivas económicas del país han disminuido de manera bastante drástica. Junto con los indicios de que las presiones inflacionistas se reducirán, como refleja la caída de los precios de los insumos y la situación anecdótica de que las empresas se estaban viendo obligadas a recortar sus márgenes para mantener la competitividad de los precios de producción, así como las señales de caída de nuevos pedidos nacionales y extranjeros, las implicaciones del informe fueron claras: una menor inflación y un crecimiento más débil conllevan que se necesita un menor endurecimiento por parte de la Fed.
La reacción inicial en los mercados monetarios provocó la caída de las perspectivas de un aumento de 75 pb el 21 de septiembre de aproximadamente dos tercios a menos de la mitad, mientras que el diferencial entre los rendimientos de los bonos del Tesoro a 2 años y a 10 años se redujo, lo que provocó las ventas masivas en el dólar. Sin embargo, más tarde en el día esas perspectivas retrocedieron, lo que llevó al dólar a recuperar parte de sus pérdidas. Sin embargo, el DXY terminó el día con un descenso de medio punto porcentual, y el USD cayó frente a todas las divisas del conjunto del G10. Hoy, dado que los calendarios de publicaciones de datos vuelven a mostrar escasez, la atención se centrará en el posicionamiento de los mercados frente al bombardeo de comentarios de la Fed en la reunión anual de Jackson Hole, que comenzará de forma efectiva el viernes. A principios de semana, los intermediarios de deuda se posicionaron de cara a una Reserva Federal que intentaría mantener la perspectiva de un aumento de 75 pb, incluso si hay indicios de que la inflación general ha alcanzado su máximo. Ello propició una negociación del dólar más sólida antes de la publicación de los PMI. Sin embargo, tras los datos de ayer, esta perspectiva se ha reducido en cierta medida.
La difícil batalla que libra la Fed es tratar de transmitir que está ralentizando el ritmo de su ciclo de endurecimiento sin flexibilizar de forma efectiva las condiciones financieras. En julio, cuando el presidente de la Fed, Jerome Powell, aludió a una subida de 50 pb en septiembre y una posible desaceleración hasta 25 pb a partir de noviembre, los mercados dedujeron que esto significaba que el ciclo de subidas de la Fed se acerca a su fin con tipo terminal más bajo de lo esperado anteriormente. Sabiendo que las orientaciones monetarias a futuro resultan inútiles en este entorno, a Powell le conviene evitar este resultado de nuevo esta semana y buscará mantener todas las opciones sobre la mesa.