La novación hipotecaria
La primera de las tres vías para hacer este cambio en la hipoteca contratada es la llamada novación de las condiciones del préstamo con la entidad.
“Este es un proceso de negociación personal con el banco, en el que entrarán en juego factores como el perfil financiero del prestatario, los productos contratados, así como las vinculaciones de productos bancarios prestamos (nominas, tarjetas, planes de pensiones o seguros)”, detalla la experta.
En lo que respecta a su coste, y de acuerdo con la nueva ley establecida en el año 2019, la novación hipotecaria conlleva una comisión durante los tres primeros años del préstamo del 0,15% del capital pendiente de amortizar, que desaparece con la entrada del cuarto año.
Otros métodos para el cambio de hipoteca
Más allá de la novación, detalla la abogada de Marín & Mateo Abogados, existen otras dos alternativas para el cambio de una hipoteca a tipo variable por una a tipo fijo: la cancelación del préstamo y constitución de un nuevo en la misma entidad o la subrogación de la hipoteca a otra entidad bancaria.
Para la primera de las vías, al ser una operación con el mismo banco, el consumidor deberá negociar con éste: “El coste total de esta operación ronda los 1.200 euros, ya que engloba la comisión fijada para comisión fijada para la cancelación anticipada, además de asumir el pago de la escritura de cancelación hipotecaria notarial y la inscripción registral, así como la gestoría por su tramitación”.
Por último, está la subrogación. Aquí será el particular el que deberá buscar un nuevo préstamo en otra entidad bancaria o crediticia a tipo fijo, con nuevas condiciones, más favorables de las que las que tiene en tu entidad.
“Si el prestatario se acabara decantando por esta vía deberá tener en cuenta que, si bien de entrada las comisiones serán muy similares a las de la novación, la nueva entidad pedirá una tasación hipotecaria del bien”, concluye la experta.