Los inversores de renta fija se beneficiarán poco a poco del regreso a los tipos de interés positivos y de emisiones de deuda, tanto pública como privada, con mayores cupones. La remuneración obtenida de las emisiones de deuda pública aún quedará muy lejos de igualar la inflación que venimos arrastrando. En el ámbito de deuda corporativa, no obstante, podrán encontrarse oportunidades de inversión muy interesantes a medio y largo plazo, por ejemplo, a través de fondos de inversión especializados en esta clase de activo.
Es de esperar que la mejor remuneración de la renta fija haga que una parte del capital abandone la renta variable en busca de una rentabilidad suficiente y una menor volatilidad invirtiendo en deuda.
La subida de tipos ya está aumentando el coste del capital y enfriando las expectativas de beneficio de numerosas acciones growth cuya cotización ya está sufriendo una fuerte corrección a la baja. Los inversores que conozcan bien sus negocios y confíen en ellos, no verán razón para liquidar sus posiciones y aprovecharán estos periodos para reforzar sus carteras.
¿Incentivo o desincentivo inversor?
Este tipo de movimientos de los tipos de interés no afectará al inversor de largo plazo que tenga un proceso claramente definido. Simplemente, los activos de su cartera más favorecidos por el actual entorno económico serán los que le aporten mayor rentabilidad en este momento, mientras que los más desfavorecidos dejarán de hacerlo o entrarán en pérdidas. Nada que sea anormal para quien entienda cómo funcionan las carteras diversificadas.
Implicacioes para los ahorradores
¿Cómo va a impactar esta posible nueva política monetaria en la economía real? ¿Cuándo veremos los posibles cambios?
El incremento del coste de capital reducirá la demanda de crédito y, por tanto, frenará la creación de nuevas empresas, especialmente en aquellos sectores industriales cuyos beneficios estén más alejados del presente. El mercado preferirá, por tanto, modelos de negocio poco especulativos y con capacidad probada de generar beneficios ahora, en lugar de en el futuro. El crédito se dirigirá, por tanto, a reforzar proyectos empresariales de la “economía tradicional” antes que a financiar atractivas apuestas tecnológicas de resultados inciertos y lejanos.
¿Incentivo o desincentivo al ahorro?
La subida de tipos de interés aumentará la oferta de depósitos bancarios remunerados a plazo fijo. Los ahorradores más conservadores sacarán el dinero de debajo de sus colchones para confiarlo temporalmente a las entidades bancarias que mejor se lo remuneren. Esos ahorros seguirán perdiendo poder de comprar por culpa de la inflación, pero menos da una piedra.