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La normalización de largas jornadas de trabajo

La normalización de largas jornadas de trabajo

· Por Miriam Hernandez, experta en gestión de RRHH

sábado 18 de febrero de 2023, 07:20h
Recientemente hemos leído como 4 grandes empresas, denominadas “Big Four” (Deloitte, PwC, Ernst & Young y KPMG) han sido investigadas por el posible exceso de jornada que realizan sus empleados. El debate parece nuevo, quizá por haber salido a la luz que estas entidades empresariales de tal magnitud estén en el punto de mira, pero creo que por un lado va la noticia y por otro el tema que se investiga.

¿Cuántos contextos laborales dedican más de 40 horas semanales?

Seguro que nos vienen a la cabeza más de uno y no solo consultoras, sino en otros tantos entornos laborales conocidos por todos.

En algunas profesiones, es bastante habitual tener jornadas maratonianas, dedicando más horas de las estipuladas extendiendo la jornada laboral entre semana, fines de semana y por supuesto, no siempre remunerado.

Pero incluso esta circunstancia puede tener argumentos a favor.

Todo es según el color del cristal con que se mira”. (Ramón de Campoamor)

Estas empresas poseen buenas condiciones laborales, sobre todo económicamente hablando, además de importantes beneficios para el empleado. Aunque lo realmente interesante y que hace que sea una gran oportunidad ingresar en ellas, es la proyección profesional y el desarrollo de carrera que proporcionan, máxime cuando son personas jóvenes, universitarios o recién acabados sus estudios. Que los comienzos sean en estas empresas, supone un valor añadido que prevé un curriculum exitoso y brillante.

Buscan talento en Universidades y centros formativos, además de otras plataformas, para encontrar jóvenes con mucho potencial y deseando mostrar sus conocimientos.

Es una ocasión de oro para comenzar la carrera profesional. Una etapa de aprendizaje brutal, de mucho esfuerzo pero que probablemente requiera una gran dedicación, sobre todo al principio. En ese momento, es posible aguantar lo que sea necesario, si se considera que merece la pena.

Cuando el trabajador ha adquirido experiencia y conocimientos en la profesión, pasan unos años, las prioridades empiezan a cambiar. Dedicar tantas horas al trabajo únicamente por salario, ya no merece tanto la pena como en los comienzos.

Es cuando se empiezan a buscar otras alternativas para conseguir además de unas condiciones favorables, un salario emocional que no se base solo en la parte económica. Se necesitan otras cosas más intangibles y la rotación en las empresas, es cada vez más latente.

Muchos de estos jóvenes que comenzaron, se mantienen hasta que consideran, han consolidado una profesión que les permite el cambio a otras alternativas profesionales, quizás mejor remuneradas o creen que es el momento de buscar un trabajo con diferentes condiciones laborales que se ajusten más a su vida personal de ese momento vital.

Quizás son empresas para una determinada etapa de la vida…

Son entidades con grandes valores formativos, profesionales y de desarrollo de carrera pero luego pueden fallar en la estabilización y el mantenimiento de los puestos de trabajo por no ser capaces de adaptarse a otras necesidades.

Lo cierto, es que lo que antes se veía normal, ahora al menos se cuestiona, porque las nuevas generaciones tienen otros intereses que no están dispuestos a dejar de lado. Poseen un carácter innovador y creativo que no encaja en un empleo rígido e inflexible.

Esos horarios aunque se asuman y se lleven a cabo, limitan la vida personal, la condicionan hasta tal punto convirtiéndose en la principal preocupación y ocupación de casi todos los días de la semana, sin dejar espacio al descanso, al ocio, en definitiva, a la vida personal. Y cuando aparecen las responsabilidades familiares, ahí es donde, la conciliación ocupa uno de los valores prioritarios a conseguir.

Es cierto, que ahora cada vez más empresas abogan por el bienestar del empleado, por cumplir horarios, respetando la jornada, incluso cambiando la estructura, con 4 días laborables o facilitando el teletrabajo de una manera mucho más extensiva. La empresa busca la adaptación y la mejora de las condiciones, porque entiende que es mejor mantener, que no retener, el talento que tiene en su plantilla.

Hay numerosos estudios que alertan de las consecuencias negativas que tiene el exceso de trabajo, para el organismo. No solo stress, enfermedades de distintos tipos, así como la poco considerada, aunque ahora está siendo más tenida en cuenta, salud mental con cada vez más casos de ansiedad y depresión. Sin olvidar que es más probable cometer fallos y ser mucho más improductivo con un exceso de jornada que manteniendo los descansos y horarios establecidos.

Cada vez nos extraña menos cuando oímos situaciones como el “Síndrome de burnout”, “la gran renuncia” o el emprendimiento, como búsqueda de autorrealización para desempeñar un trabajo que nos satisface y nos motive.

Surge la necesidad imperiosa del cambio.

Esas largas jornadas pueden tener su sentido en una etapa de la vida donde nos queremos comer el mundo. Pero más adelante, la empresa que sea capaz de mirar hacia el futuro y detenerse a valorar lo que la sociedad está demandando en el entorno laboral, introduciendo cambios y mejoras, ésa empresa, será la que perdure, crezca y evolucione de verdad.

Hablamos mucho de Inteligencia Artificial, de Innovación, Tecnología y en algunos aspectos, seguimos perpetuando estructuras antiguas y obsoletas.

¿Será posible un cambio de perspectiva en las empresas, mostrando más confianza, preocupación por el bienestar, incluso por la felicidad de sus empleados, sin tener que emplear interminables jornadas laborales?

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