Cuando salió la sentencia judicial, Valents preguntó al gobierno si pensaba devolver a los barceloneses el dinero recaudado y qué haría a partir de entonces. La respuesta fue que se seguiría cobrando. La tasa supone para las arcas municipales más de 40 millones al año, según datos del propio Ayuntamiento.
“En la factura del agua de Barcelona se pagan más impuestos que consumo”, critica Parera. Por ejemplo, en un recibo de dos meses de 110,95 euros 46,85 euros corresponden al suministro de agua y el resto, 64,13, son tasas, IVA y el canon del agua de la Generalitat.
En la citada factura de 110,95 euros, la tasa de recogida de residuos municipales, que se cobra desde mediados de 2020, asciende a 14,59 euros. Otros 17,71 euros son de la tasa metropolitana de tratamiento de residuos, 19,11 euros son del canon del agua, 8 de la tasa de alcantarillado municipal y 4,69 de IVA.
Teóricamente, la tasa de residuos está destinada a fomentar la correcta gestión de los residuos domiciliarios que se generan en la ciudad. La realidad es otra. “Nadie sabe para qué es este dinero cobrado ilegalmente. Y mientras, Barcelona está más sucia que nunca y la limpieza es el segundo problema que más preocupa a los ciudadanos, con el 15,8% de las respuestas, según el Barómetro del Ayuntamiento”, subraya Parera.