A nuestro juicio, lo menos insensato proviene de la Vicepresidenta comunista doña Yolanda Díaz. Ha centrado más el problema, y le hemos oído preocuparse por el mantenimiento de los puestos de trabajo de Ferrovial en España (hubiéramos preferido “el aumento” de puestos de trabajo) así como conminar al candidato Feijoo que exija a la UE la desaparición de los “paraísos fiscales”, Irlanda, Luxemburgo y Países Bajos. Esas declaraciones demuestran que, por lo menos, es consciente de que lo que importa mucho más de las consecuencias del cambio de domicilio social, es que desarrolle mucha actividad en España, con los efectos benéficos sobre el mercado de trabajo español, antes que los problemas recaudatorios. También manifiesta cierto nivel al encuadrar esta decisión de Ferrovial en un problema complicadísimo, delicadísimo y casi estructural que es la necesidad de armonización fiscal en la UE o en la zona euro. Hemos trabajado mucho en ese tema; las distintas Comisiones Europeas desde la de Jacques Delors hasta la actual dan tímidos pasitos y es un desiderátum para muchos europeístas, pero les aseguro que la solución no pasa por la voluntad del Señor Feijoo y que llevará decenios acercarse al óptimo. Eso es lo molesto de las declaraciones de Doña Yolanda, que las ha hecho de un modo autoritario y plenipotenciario, demagógico al máximo, como si tuviese la facultad de dirigir y gestionar Ferrovial por encima de sus propietarios y directivos. Así, la hemos oído “instar” al Señor del Pino a mantener los puestos de Trabajo en España. Como si tuviera dicha facultad, la de ordenar cómo gestionar una empresa privada. Para Doña Yolanda, en el fondo, toda gran empresa es publica “porque yo lo valgo”. Un enfoque fuera de la sensatez.
Peor ha sido el desbarre de sus compañeros del segundo Gobierno en plaza, el ala podemita del actual Gobierno de coalición. Desde llamar a Ferrovial empresa pirata, pasando por burdas amenazas, hasta reprocharle su alta traición desagradecida por haber crecido al albur de contratos públicos españoles. Esto último merece reflexión aparte porque es muy peligroso. Los contratos que se hayan otorgado a Ferrovial están sometidos, generalmente, a una exigente legislación comunitaria de libre acceso a la competencia, por lo que si los obtuvo dicha empresa es porque fue la mejor oferta. Levantar la sospecha de que fueron concedidos por ser “española” y de que a partir de ahora no se le concederán, por ser Ferrovial, es, simplemente un delito. Ustedes verán. Es la más cretina de las reacciones hiperventiladas que se han producido.
Preocupante, y desoladora, ha sido la reacción de la Vicepresidenta Calviño. Apelar a estas alturas al “patriotismo” de una multinacional que genera la gran mayoría de sus beneficios fuera de España y cuyo capital está un 90% o más en manos extranjeras suena a añorar la época de la autarquía y del control de capitales. Sobre todo, desprecia olímpicamente la evidencia de que España está en la UE, que su mercado regulado es el mercado interior europeo, su “patria económica”, y que la libertad de circulación y establecimiento es un valor irrenunciable que supone mucha prosperidad para los españoles.
Es lamentable que ese discurso “falangista” lo haya mantenido quien fuera buena Directora General de la UE…gracias a los españoles.
Por último, citemos sólo a beneficio de inventario, la airada reacción del excelentísimo Doctor Sánchez que “no va a permitir que se ponga en duda la seguridad jurídica en España”. Él sabe perfectamente que la seguridad jurídica, la estabilidad política que debería sostenerla está degradándose en España desde hace lustros y que la inquietud por el futuro es gigantesca. No es el único responsable, pero está colaborando activamente a ello. ¿Qué seguridad jurídica ofrece un Gobierno que acuerda con un Gobierno regional separatista no aplicar sentencias del Supremo para favorecer la fragmentación en España? Pues eso… Por cierto, la improbable llegada de “la oposición” al Gobierno no parece tampoco aumentar la confianza y tranquilidad sobre el futuro de nuestro puzle de taifas levantiscas.
No tenemos la menor duda de que todos los ministros, salvo tal vez alguna/o, limitado/a de Podemos, están perfectamente al tanto de cuanto aquí se ha escrito. Lo que significa que han decidido sumergirse en el populismo más rancio y la demagogia más tristemente barata con la manipulación activa y obscena de la información para NO afrontar los graves problemas que condicionan nuestra vida y existencia. Bonita primera semana de marzo…