Representa "el final de una era", escribió la empresa de energía RWE en un comunicado en el que confirmó que los tres reactores habían sido desconectados de la red.
Los detractores, avivados por las catástrofes en Three Mile Island, Chernóbil y Fukushima, presionaron para que se deje de utilizar este tipo de tecnología que, según ellos, es insegura e insostenible.
Los defensores de la energía atómica, por su parte, argumentan que los combustibles fósiles deberían eliminarse gradualmente en medio de los esfuerzos globales para abordar el cambio climático, ya que la energía nuclear genera significativamente menos emisiones de gases de efecto invernadero y puede ser una fuente segura de energía si se gestiona adecuadamente.
El plan de transiciones fue acelerado por la excanciller alemana Angela Merkel en 2011 tras el desastre nuclear de Fukushima en Japón.