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Uzbekistán afronta una reforma constitucional como fórmula para crear una base sólida en su política exterior pacífica

Uzbekistán afronta una reforma constitucional como fórmula para crear una base sólida en su política exterior pacífica
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· La reforma constitucional en Uzbekistán pretende en gran medida consolidar en la Ley Fundamental los cambios positivos logrados por Uzbekistán en los últimos años en diversos ámbitos del desarrollo sociopolítico, económico, cultural y humanitario

domingo 07 de mayo de 2023, 10:40h
Uno de los ámbitos es la política exterior, en la que Uzbekistán ha logrado una serie de resultados positivos gracias a su nuevo modelo de construcción de relaciones con los actores regionales y mundiales, basado en la pacificación y el respeto del derecho internacional. Sobre esta base, se propone que las disposiciones clave del modelo aplicado de política exterior uzbeka se consagren en los artículos 17 y 18 del proyecto de nueva versión de la Constitución. Estos artículos declaran el carácter pacífico de la política exterior uzbeka, basada en los principios de la igualdad soberana y la integridad territorial de los Estados, el no uso o la amenaza del uso de la fuerza y la inviolabilidad de las fronteras.

También afirman que Uzbekistán sigue principios como la resolución pacífica de disputas y la no injerencia en los asuntos internos de otros Estados, y que su política exterior está encaminada a desarrollar plenamente las relaciones bilaterales y multilaterales con Estados y organizaciones internacionales.

El valor estratégico de las enmiendas propuestas reside en el hecho de que, en primer lugar, envían una clara señal a todos los actores de las relaciones internacionales sobre la política principalmente pacifista de Uzbekistán. Su importancia es especialmente evidente si tenemos en cuenta los complejos procesos que han tenido lugar en el mundo en los últimos años.

Ante todo, se ha producido un aumento gradual de las tensiones geopolíticas mundiales, paralelo a una creciente desconfianza en las relaciones interestatales y un retorno gradual de la mentalidad de bloque, similar en algunos aspectos a la época de la guerra fría, cuando el mundo estaba dividido en dos campos ideológicos hostiles.

Uzbekistán, al someter a referéndum nacional los artículos 17 y 18 de la nueva versión de su Constitución y al declarar una política exterior pacifista, demuestra claramente que está a favor de un desarrollo civilizado y mutuamente beneficioso y de la resolución pacífica de las disputas mediante la búsqueda de compromisos.

En general, hay que entender que la humanidad ya se ha acercado a esa etapa de su desarrollo y se enfrenta a retos de tal complejidad y envergadura que requieren los esfuerzos combinados de todos los países del mundo. Sólo así podremos alcanzar una etapa humana cualitativamente nueva de evolución intelectual, social y de valores.

En los últimos años, Uzbekistán ha contribuido notablemente al establecimiento de un nuevo orden mundial constructivo mediante su política exterior amante de la paz. Ante todo, cabe destacar el hecho de que, gracias a los esfuerzos de nuestro país en cooperación con sus socios, ha sido posible lograr un cambio cualitativo en la situación de seguridad y confianza en Asia Central.

Hasta hace poco, la región de Asia Central era vista en la comunidad de expertos casi como un polvorín, debido a las contradicciones aparentemente insolubles tanto entre los Estados vecinos como entre los actores globales con intereses en Asia Central. Sin embargo, la nueva política exterior uzbeka, en el marco de una primera política de reforma y apertura, condujo a la rápida normalización de las relaciones de Uzbekistán con Kirguizstán y Tayikistán y a la resolución de numerosos problemas agudos relacionados con la definición de las fronteras, la cooperación en materia de aguas, los regímenes de visados y las conexiones de transporte, lo que permitió entonces iniciar la construcción de un nuevo modelo regional de desarrollo y cooperación en el que participan los cinco Estados de Asia Central.

Uno de los lugares clave para construir ese modelo es el formato de las reuniones consultivas de jefes de Estado de Asia Central. Este formato fue iniciado por el presidente uzbeko Shavkat Mirziyoyev. Entre 2018 y 2022 se celebraron cuatro reuniones.

Las reuniones consultivas ya han propiciado el debate y la adopción de documentos de ámbito regional, entre ellos la firma de una hoja de ruta para la cooperación, así como un programa de Agenda Verde regional para Asia Central. Estos documentos, a su vez, dan pie a la esperanza de que acabe surgiendo en la región el fenómeno conocido en ciencia política como "comunidad de seguridad". Ya existen razones clave para ello, como el pasado histórico compartido y la proximidad étnica, lingüística, religiosa y de valores de los pueblos centroasiáticos.

Es posible que, si la evolución es favorable, Afganistán y algunos países del sur de Asia pasen a formar parte del espacio común de seguridad. Desde hace varios años, Uzbekistán trabaja activamente para ampliar la cooperación comercial, económica, política y humanitaria con los países del sur de Asia, basándose en los principios de una política pacifista.

Ha de señalar una vez más que la reforma constitucional en Uzbekistán va mucho más allá del mero ámbito de la política interior. Representa, especialmente en su parte de política exterior, la contribución de nuestro país al desarrollo pacífico de los procesos regionales y mundiales, en los que los principios y las normas del derecho internacional se consideran la única base posible para crear un nuevo modelo de cooperación y desarrollo constructivos y mutuamente beneficiosos para todos los miembros de la comunidad mundial.

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