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¿Cuál es el secreto del éxito del dólar?

¿Cuál es el secreto del éxito del dólar?
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· Se habla mucho en los últimos años de una posible desdolarización de la economía global. Los debates acerca de esta cuestión se han intensificado en los últimos meses

By Pablo Sanz Bayón
jueves 31 de agosto de 2023, 08:34h
La última cumbre de los BRICS ha abordado ya abiertamente políticas comunes para articular el comercio internacional dentro del propio bloque económico al margen del dólar estadounidense. Además, China ha tomado nota de lo ocurrido con Rusia, cuando a propósito de la invasión de Ucrania, EE.UU. y sus aliados europeos congelaron 300.000 millones de dólares de las reservas de divisas de Moscú. Hablar del dólar estadounidense es referirse al dominio global de EE.UU. como superpotencia y por consiguiente a casi 80 años del dólar como moneda de reserva mundial. Referirse al dólar es también hablar del rol de SWIFT, instrumento de mensajería financiera interbancaria esencial para la efectividad de las sanciones económicas que impone Washington, ciudad que no por casualidad alberga la sede del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial, esto es, el centro neurálgico del orden monetario y financiero unipolar desplegado desde los acuerdos de Bretton Woods.

Antes de preguntarse por el sentido que tiene un proceso de desdolarización para los BRICS -obviamente desligarse del orden unipolar angloamericano-, lo que resulta más oportuno es examinar qué factor ha hecho del dólar la divisa hegemónica. Pues esta respuesta determinará el camino que deben trazar los BRICS para desdolarizarse con éxito y de ese modo establecer un nuevo orden monetario a través su propio marco institucional, como el que pretende proyectar el Nuevo Banco de Desarrollo (NDB), el “banco de los BRICS”, con sede en Shanghái.

A este respecto, un trabajo académico de Antonio Coppola, Arvind Krishnamurthy y Chenzi Xu de la Stanford Graduate School of Business explica que el éxito del dólar se ha debido, principalmente, al grado de liquidez que ofrece (Vid. “Liquidity, Debt Denomination, and Currency Dominance, Working Paper No. 4075, febrero de 2023). Este trabajo desafía en cierto modo la narrativa ampliamente difundida de que el comercio internacional es la fuerza central en el dominio de una moneda. Los autores proponen una visión diferente que explica que son las innovaciones financieras -como la titulización de activos-, el crecimiento de los acuerdos de recompra (repos) y los swaps de liquidez del banco central, las claves que explican la supremacía mundial de una divisa.

A este respecto, lo que explicaría el dominio mundial del dólar no sería tanto los altos niveles de facturación del comercio internacional cuanto la inmensa liquidez que ofrecen los productos e instrumentos de Wall Street en dólares. En este sentido, el éxito de la divisa estadounidense se ha debido más que a los precios y operaciones de los contratos comerciales en dólares a la emisión, circulación, atesoramiento y liquidación de letras del Tesoro norteamericano, repos y bonos corporativos que las empresas y gobiernos pueden usar para liquidar sus obligaciones contractuales.

A medida que las empresas y gobiernos emiten deuda en dólares, aumenta aún más el stock de instrumentos similares al dinero que pueden usar para liquidar sus pasivos. En otras palabras, la deuda en dólares se retroalimenta, impulsándose a sí misma, porque cada emisión de deuda contribuye aún más al suministro de liquidez. Esto conduce al mercado a una mayor denominación de las deudas en dólares y por tanto a mayor liquidez, confiriendo a EE. UU. un privilegio monetario y financiero sin igual, en forma de costes de endeudamiento más baratos que lo ayudan a pagar los intereses de la deuda pública.

De hecho, como el trabajo antes mencionado constata, la forma en que el dólar obtuvo esta primacía no es novedosa, pues anteriormente la libra esterlina también fue impulsada por la introducción de contratos formales de deuda a corto plazo, así como por el papel del Banco de Inglaterra como prestamista de última instancia. El dólar alcanzó su estatus dominante después de la Segunda Guerra Mundial no sólo a la victoria bélica de EE.UU. sobre Alemania en Europa occidental y sobre Japón en Asia-Pacífico sino porque el gobierno estadounidense fue capaz de emitir deuda pública y generar una demanda mundial de sus títulos. Ya en la época actual, ni la crisis de 2008, ni la derivada de la pandemia, han conseguido poner en cuestión el orden unipolar monetario basado en el dólar. La Reserva Federal ha proporcionado liquidez en dólares en todo el mundo durante estos años y los acuerdos que permiten a los bancos centrales intercambiar divisas entre sí han reforzado aún más el dominio del dólar.

Por estas razones, parece poco probable que la desdolarización suceda rápido, aunque ya está fijada en la agenda de los BRICS para que se produzca. Los discursos de los principales líderes de los BRICS en la cumbre de Sudáfrica han expresado su determinación para la consecución de este objetivo, aunque la extraordinaria liquidez del mercado monetario en dólares no sea fácilmente sustituible. Desdolarizar dentro de los BRICS significaría no sólo realizar una convergencia bancaria y financiera entre países de muy diversa índole y estructura económica -como son los que conforman los BRICS y también los países candidatos admitidos recientemente (Etiopía, Egipto, Argentina, Irán, Emiratos y Arabia Saudí)-, sino la coordinación de políticas comunes con vocación de permanencia, tanto a nivel diplomático como comercial e industrial.

La convergencia en las políticas “desdolarizadoras” deben plasmarse a fin de cuentas en la creación de mercados de deuda y de valores alternativos, pero tan líquidos como los que funcionan con el dólar. Esto es sin duda un reto colosal, teniendo en cuenta que actualmente la cantidad de deuda en circulación denominada en dólares supera con creces la riqueza relativa de EE.UU. y su contribución al PIB mundial, y que alrededor del 60% de las reservas mundiales de divisas se mantienen aún en dólares.

En última instancia, el secreto del éxito del dólar enseña que la liquidez del mercado, garantizada por la deuda pública y reforzada por emisores privados, es la razón principal por la que el dólar estadounidense goza de la posición de dominio mundial. Este secreto es el que deben emular o replicar los BRICS de forma eficaz si pretenden funcionar sin subordinarse a las reglas de Washington. Ni el yuan chino ni una moneda BRICS serán capaces de destronar al dólar si el bloque de países no construye mercados líquidos y masivos de deuda y de capital, donde los gobiernos y empresas de los BRICS titulicen deuda e intercambien deuda por efectivo en sus respectivas divisas o en una divisa común, con el mismo grado de seguridad y eficiencia que presentan hoy los mercados financieros bajo el dólar.

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