Durante sus primeros tiempos se convirtió en la vía formativa para muchas mujeresque, por la evolución social del momento, apenas tenían independencia económica y vital. La escuela les abrió las puertas de un nuevo camino. Pero, pasados casi 100 años, ya es una de las referencias en el diseño de moda en toda España.
El modisto Pedro Rodríguez, uno de los grandes de la época junto a Balenciaga, acudió en numerosas ocasiones a ayudar a los alumnos gracias a su amistad con Duce. Desde entonces, por la escuela han pasado nombres de la talla de María Escoté o Juan Vidal, cuyas creaciones han sido lucidas por personas como la Reina Letizia, Lady Gaga o Rosalía, entre otras grandes referencias mundiales.
En concreto, es LCI Barcelona quien mantiene con vida la escuela. Este 2023 cumplen además 10 años con su sede catalana abierta y justo en un año, en 2024, abrirán un nuevo campus en el centro neurálgico de la innovación de Barcelona tras una inversión que ha superado los 35 millones de euros. “Mantener con vida un proyecto que forma parte de la historia reciente de nuestra moda es el mejor premio”, asegura Viudas.
Duce, además de impulsar esta escuela-taller, fue reconocida por el sector. Muestra de su potencial fue que creó un sistema métrico por el que, a partir de unas líneas marcadas en el cuerpo de cada modelo, conseguía aplicarlas en el papel hasta obtener el patrón ideal. Aquellos que la conocieron también destacan su innovación en aspectos por entonces desconocidos, pero que ahora se engloban dentro del marketing y la visión comercial.
“El nombre de Felicidad Duce no puede ser olvidado en la moda española. Fue una pionera y defensora tanto de la profesionalización de la moda como de la libertad de las mujeres. En su época era impensable y ella lo consiguió”, reconoce la directora de LCI Barcelona, que desde 2013 gestiona y promociona la escuela de Duce. 95 años después, el proyecto de Felicidad Duce continúa vivo.