Es ahí, desde esas raíces, como hay que entender el origen de un producto como el AOVE que hay firmas que lo producen con un sello de entera excelencia, con procedimientos tradicionales y mecánicos, desde la Finca Los Nerios, situada precisamente en las faldas de la Sierra de Cazorla. Es el caso concreto de ‘Verde 24K’. De la tierra emanan, se cultivan y recolectan para toda España tres variedades de aceituna: Acebuche, el Royal y el Picual, que hacen las delicias de los paladares más exigentes y en las que, desde la compañía aseguran, “se pone cada día el alma entera para que esa calidad suprema se vea, se sienta y se saboree”.
El secreto está en eso que se denomina “hacer bien las cosas”. Nada más pero nada menos. Así, todos los aceites de ‘Verde 24K’ están obtenidos de fruto temprano de los olivos, sin productos químicos, sin añadir otros ingredientes que no sean exclusivamente las aceitunas que se cosechan.Quizá también, en perspectiva, hay que mirar la influencia de lo que significa “una empresa familiar, totalmente decidida a continuar con la herencia de nuestros antepasados”.
La exigencia es inalterable: la máxima, campaña tras campaña, y hay una vitola que se lleva igualmente con mucha fuerza, y no es otra que el hecho de que los aceites estén suscritos a la Denominación de Origen Protegida Sierra de Cazorla, un tesoro difícilmente discutible, un Parque Natural apabullante.
Con un olivar arropado por la singularidad de su protección y de su entorno geográfico, ‘Verde 24K’ busca, desde el inicio de cada cosecha hasta su temprana recolección a primeros de octubre, su extracción en frío y posterior embotellado, dar lo mejor, a España y al mundo: la marca apenas lleva los últimos años arrancando una excepcional rampa de crecimiento. Lo mejor, como reza el clásico, parece aún estar por llegar.