¿Te imaginabas, cuando empezaste PCL, que estarías 35 años después dónde estás?
Al inicio de cualquier proyecto, sea personal o profesional, uno nunca sabe hasta donde va a llegar. Lo que sí puedo decir hoy en día es que el camino ha sido apasionante. Ha habido espinas, claro que las ha habido, pero el balance es super positivo.
¿Cuáles son los principales hitos de la marca?
Superar todas las crisis que hemos vivido en España. Recuerdo especialmente dos de ellas, la de 2008 y 2012. Fueron terribles, pero el hecho de no tener deuda y un crecimiento sostenible durante toda la vida de la marca nos hizo poder surcar ambas crisis. Y aquí estamos.
¿Cuál ha sido la mayor mejor sorpresa durante todo este tiempo?
La fidelidad de los clientes. Hemos pasado de vestir a los padres, a vestir a los hijos de nuestros clientes. Y eso es un valor muy importante para la marca porque te garantiza la supervivencia.
¿Cómo resumirías la evolución de la firma?
La cuádruple P, producto, precio, punto de venta y promoción. Reinventando temporada tras temporada la colección, ajustando el precio a la demanda, cuidando el punto de venta y la atención al cliente y, por último, unas campañas de marketing de guerrilla muy agresivas.
¿Y tú evolución personal?
Los pequeños empresarios y nuestras marcas son inseparables, por lo tanto, mi evolución va unida a la de la marca. Es y ha sido un aprendizaje continuo, eso que llaman los modernos, prueba y error. Sólo se equivoca quien lo intenta.
¡Vamos a por los 40! ¿Con qué hoja de ruta?
Solo conozco una: trabajo, trabajo y trabajo. Seguiremos como hasta ahora, aprendiendo todos los días, adaptándonos a los cambios que cada día son más, y lo mas importante, con la misma ilusión del primer día.
Pide un deseo...
Que la salud mía y de la marca me deje cumplir todos los proyectos que tengo en la cabeza los próximos años. Y para los que me dicen esa frase tan recurrente de que cumplas otros 35… espero que estén equivocados. No tengo la intención de estar trabajando hasta los 90 años (carcajadas).