Los alcaldes y los concejales de Junts en Calella, Manresa, Figueres y otras muchas localidades más, son los que han provocado el cambio de rumbo del discurso nacionalista dada la preocupación e insistencia en la solicitud de toma de decisiones políticas motivadas por la tremenda inseguridad ciudadana que provoca el “problema de la inmigración”. Es decir, se alinean a un discurso que hasta ahora habían encabezado en exclusiva la alcaldesa de Ripoll Silvia Orriols y la gente de Vox. Es todo un cambio de estrategia que sitúa políticamente a Junts desde donde vino, la derecha catalana, y que le posiciona frente el discurso de los partidos de la izquierda “buenista” (CUP, ERC, Comuns y…. Psc).
Debo confesar que jamás hubiera pensado que los post-convergentesosarían tocar la “caja de Pandora” con un tema tan delicado como la inmigración porque ya saben que en Cataluña todos estos temas los rozamos con papel de fumar y con mucho recelo por el “qué dirán”.Sin embargo, la caja se abre cuando Junts pide el traspasode todas las facultades sobre inmigración para Cataluña y el Psoe+Psc se las da volando para cerrar las enmiendas presentadas en el Congreso. Independientemente de que sean o no posibles traspasar, parcial o totalmente, Junts consiguió su objetivo: poner la inmigración (y su inseguridad) en el punto central del debate catalán (y español) y presentarse ante su electorado como el paladín restaurador del orden.
Lo simpático de esto es que posiciona y une a Junts junto a las “derechonas” de Vox, Pp y AN, que propugnan soluciones rápidas y menos condescendientes que las de los gobiernos del Psoe+Sumar en Madrid y ERC+Psc en Cataluña, es decir, que los gobiernos de izquierdas. Aunque lo más gracioso (por decirlo de alguna manera) de esto es que Junts (ex-Convergència) es la causante del desmedido crecimiento de la inmigración en Cataluña pues su estrategia fue “tapar” el idioma español y a los “charnegos” con inmigrantes procedentes del continente africano que no tuvieran el español como idioma y que pudieran ser “dóciles y facilones” a la hora de la “inmersión lingüística”. A lo logrado por esos “fenómenos” estrategas del extremismo independentista, visto el resultado, se le compara con un auténtico boomerang en toda la boca.Les está bien empleado.
Por cierto, todos sabemos que este cambio de rumbono es porque, de repente, la gente de Junts “haya visto la luz” si no porque Silvia Orriols y su Aliança Nacional le está comiendo parte del pastel y los “Puigdemont boys” tienen miedo a quedarse sin tarta y ello provoque el enfado eterno de los paniaguados enchufados que se han quedado a dos velas y sólo ven su esperanza en recuperar la dirección de la Generalitat y su muy honorable “agencia de colocación”. No hay mal que por bien no venga.