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¿El yuan podrá convertirse en una divisa global?

¿El yuan podrá convertirse en una divisa global?
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· Por Pablo Sanz Bayón, Profesor de Derecho Mercantil, Universidad Pontificia Comillas

By Pablo Sanz Bayón
viernes 02 de febrero de 2024, 08:06h
La internacionalización del renminbi chino (RMB), cuya unidad es el yuan (CNY), está atrayendo cada vez más atención, especialmente después de que Brasil anunciara la creación de un nuevo centro de compensación en renminbi hace apenas un año, junto con el hecho de que el país carioca también comunicara su intención de abandonar el dólar para su comercio bilateral con China (Euronews, “Brasil y China inician una nueva era de cooperación con el dólar como principal enemigo”, 14 de abril de 2023). El año pasado tuvo lugar asimismo la primera importación de gas natural licuado (GNL) liquidada en RMB para China con los Emiratos Árabes Unidos, que desde el 1 de enero de 2024 ha entrado en los BRICS (Global Times, “China completes first LNG cross-border yuan settlement transaction”, 29 de marzo de 2023).

También hay que considerar que el FMI revisó en mayo de 2022 al alza el peso del RMB en la canasta de Derechos Especiales de Girodel 10,92% al 12,28 %, lo que afianza el estatus de la divisa (IMF, Review of the Method of Valuation of the SDR, 2022).

Todas estas acciones apuntan a un mayor potencial alcista para el RMB como moneda internacional, aunque todo esto todavía está lejos de ser una amenaza para el dólar estadounidense como moneda hegemónica de reserva y de pagos internacionales.

China representa aproximadamente el 18% del PIB mundial y el 13% del comercio global. El RMB se utiliza en alrededor del 3% de los pagos globales y su participación en las reservas oficiales es de alrededor del 3%. Todavía queda camino por recorrer para que el RMB se convierta en una moneda de reserva y de comercio internacional que sea proporcional a la fortaleza económica de China. Por ello Pekín ha estado intentando internacionalizar su divisa desde 2009, pero no ha logrado hasta la fecha avances notables. Hay varias razones para ello, siendo la más destacada los controles de capital que caracterizan a la economía china.

En la primera fase de la internacionalización del RMB, China diseñó una política de centros extraterritoriales para impulsar su moneda, pero el objetivo tuvo que abandonarse en 2015 para garantizar la estabilidad financiera interna, después del colapso del mercado de valores y la depreciación masiva del RMB.

Desde entonces, el Banco Popular de China ha explorado otras vías, como el uso transfronterizo del yuan digital (E-CNY), su moneda digital del banco central (CBDC). La verdadera función del denominado yuan digital, más allá del “señoreaje”, gira en torno a la capacidad de eludir las sanciones sobre el uso del dólar para pagos internacionales. Sin embargo, esta vía para la internacionalización del RMB todavía se encuentra en su etapa inicial. Este tema se puede encontrar más ampliamente tratado en el siguiente trabajo: Sanz Bayón, P., “Euro Digital y Yuan Digital: análisis y desarrollo regulatorio de ambos proyectos de Moneda Digital de Banco Central (CBDC)”, Dinero Digital y Gobernanza TIC en la UE: nuevos estándares jurídicos y tecnológicos, Thomson-Reuters Aranzadi, 2022, pp. 351-396.

Las rondas de sanciones financieras impuestas a Rusia desde febrero de 2023, incluido el bloqueo de gran parte de la banca rusa de la Sociedad de Telecomunicaciones Financieras Interbancarias Mundiales (SWIFT), podrían incentivar a más países, ya sea con sanciones o en riesgo de ser sancionados, a realizar transacciones con el yuan digital (E-CNY) con el objeto de evitar las consecuencias de la potente extraterritorialidad del dólar.

Aunque de forma aún incipiente, la infraestructura subyacente al yuan digital permite que los pagos transfronterizos eludan SWIFT. El problema de China es atraer a participantes a su nuevo sistema de pagos, como podrían ser los países asociados a los proyectos de infraestructuras “Belt and Road Initiative” (Nueva Ruta de la Seda).

Hasta la fecha no se ha firmado ningún memorando de entendimiento entre China y sus potenciales socios monetarios sobre el uso de la divisa electrónica del Banco Popular de China, porque los países que dieran ese paso no estarían exentos de recibir represalias. A pesar de ello, de las muchas posibles aplicaciones internacionales para el E-CNY, se cree que la solución comercial será la más inmediata, dada la enorme participación de China en el comercio mundial.

Actualmente, alrededor del 20% del comercio transfronterizo de China se liquida en RMB, por lo que habría un margen de mejora con la adopción del E-CNY, ya que la moneda digital puede ayudar a agilizar los procesos de liquidación. Véase a este respecto el interesante informe del Fondo Monetario Internacional: “Renminbi Usage in Cross Border Payments: Regional Patterns and the Role of Swap Lines and Offshore Clearing Banks” (2023).

De momento, el gobierno chino está promoviendo el uso del E-CNY como parte de las medidas de estímulo al consumo. De hecho, una razón importante por la que el gobierno chino haya dudado acerca de las entregas directas de efectivo es la preocupación de que la población ahorre ese dinero en lugar de gastarlo. Por esta razón, mediante “contratos inteligentes” (smart contracts) codificados en esta moneda digital, el dinero se hace programable dentro del monedero electrónico de E-CNY de los ciudadanos, convirtiendo este sistema de custodia y pago en la solución a dicho problema, por ejemplo, poniendo fecha de caducidad a este efectivo digital o condicionando su uso a determinados sectores, regiones, productos o servicios.

Esta revolución monetaria podrá efectuarse en China sin apenas oposición o contestación social, pero hasta que esa transformación generase efectos positivos para la economía del gigante asiático, la verdadera dificultad será la superación de la naturaleza no convertible del RMB que en el fondo es la mayor resistencia a su aceptación global, también, claro está, de la versión digital y programable.

En cualquier caso, la “militarización” del dólar tras la invasión rusa de Ucrania, a través de sanciones y otros medios, ha provocado que China haya encontrado un fuerte valor estratégico en la internacionalización del RMB, en vistas a desconectarlo de las infraestructuras controladas por el G-7, pero principalmente por la banca angloamericana (Atlantic Council, “Ukraine and Dollar Weaponization”, 31 de enero de 2022). China ha intensificado sus esfuerzos para fomentar el RMB como moneda alternativa para los pagos internacionales, especialmente el comercio, lo que resulta particularmente atractivo para cualquier país que pretenda eludir las sanciones impuestas por EE.UU.

La política monetaria de la Reserva Federal también está alimentando de forma indirecta la internacionalización del yuan, que se ha beneficiado de las elevadas tasas estadounidenses desde 2022. El incremento del coste de endeudamiento en dólares está provocando que muchos deudores recurran al RMB para financiarse o refinanciarse, como lo demuestra el fuerte aumento de la participación del RMB en los préstamos en el extranjero de los bancos chinos (Reuters, “China'sDec new yuan loans seen higher, hittingrecord in 2023”, 9 de enero de 2024).

La internacionalización del RMB está avanzando en las áreas donde más se necesita una moneda alternativa al dólar. De cara al futuro, a pesar de los obstáculos que supone el riesgo de depreciación del RMB, su uso internacional puede seguir siendo impulsado por las crecientes necesidades de monedas no pertenecientes al G-7 para acuerdos comerciales y financiación privada y oficial, en el ámbito de los BRICS.

La participación del RMB en los pagos globales a través de SWIFT sigue siendo baja, pero ha habido mejoras en la infraestructura de pagos para las liquidaciones transfronterizas en RMB gracias al mayor uso del Sistema de Pago Interbancario Transfronterizo (CIPS) de China y a una mayor compensación en el extranjero en yuanes.

En un escenario de innovación monetaria con la futura llegada de las monedas digitales de banca central (CBDC), es decir, del dinero público digital y programable, el papel activo de China acabará dando su fruto no sólo con el antes mencionado E-CNY sino a través de la Autoridad Monetaria de Hong Kong. Este organismo participa en varios proyectos al respecto con el Innovation Hub del Banco de Pagos Internacionales (BIS). Hong Kong es el mayor centro extraterritorial del RMB y allí se está produciendo una conversión neta y masiva del RMB a otras monedas desde 2022, lo que será determinante cuando esas operaciones se trasladen a infraestructuras de CBDC interoperables.

La desdolarización irá ciertamente correlacionada con una incipiente “yuanización” del comercio mundial, sobre todo en el área bajo la influencia china en el Sudeste Asiático, Asia Central, Brasil y varios países africanos (Etiopía y Egipto), y fundamentalmente con respecto a sus proveedores petroleros y ya miembros de los BRICS (Irán, Arabia Saudí y Emiratos).

Pero lo más seguro es que en 2024 el auge del renminbi no recoja ni mucho menos toda la caída del dólar, como han dejado ver los últimos datos arrojados por el Fondo Monetario Internacional en los que se indica que el dólar representó el 59,2% de las reservas de divisas asignadas a nivel mundial en el tercer trimestre del año pasado, frente a un 59,4% revisado en los tres meses anteriores, según datos de la Composición Monetaria de las Reservas Oficiales de Divisas (COFER) del FMI, el nivel más bajo desde el cuarto trimestre del año pasado (Bloomberg, “Dollar’s Share in Central-Bank Reserves Declines, IMF Data Shows”, 22 de diciembre de 2023). En 1999 esta cifra se situaba por encima del 70%, por lo que no se puede negar que existe en marcha un proceso de desdolarización, lento pero continuado e ininterrumpido.

La financiación en forma de préstamos transfronterizos denominados en RMB también está experimentado un aumento más rápido.Tras el fin de la política de Covid Cero, la reapertura de las fronteras de China y el cambio de rumbo dado por el nuevo Buró Político del Comité Central del Partido Comunista de China salido del XX CongresoNacional celebrado en octubre de 2022 y su nuevo plan quinquenal orientado al crecimiento económico, han dado lugar a un aumento de las entradas de capital en la economía china. Es de esperar que las actividades financieras en el extranjero denominadas en RMB aumenten porque con la política de tipos de la Reserva Federal, los prestatarios se quitarán dólares, a pesar de la mayor liquidez que ofrecen los circuitos financieros occidentales, especialmente los angloamericanos, en contraste con los chinos.

Como hemos dicho en anteriores ocasiones, el yuan ni los BRICS podrán efectuar una verdadera desdolarización si al mismo tiempo no construyen mercados de valores, de capitales y de deuda que sean verdaderamente líquidos, abiertos, seguros y confiables. Mientras la Reserva Federal y el Tesoro de EE.UU. tengan a Wall Street y a sus imponentes índices de referencia (Dow Jones, el Standard &Poor's 500, el Nasdaq 100 y el Nasdaq Composite), la retroalimentación del dólar y su sistema de dinero-deuda es y será invencible, por no tener ninguna alternativa similar (Sanz Bayón, P., “¿Cuál es el secreto del éxito del dólar?”, El Mundo Financiero, 31 de agosto de 2023).

Por otra parte, mirando hacia el futuro y considerando las tasas de interés más altas durante más tiempo que presenta el dólar y las mejores perspectivas económicas de China, junto con su progreso diplomático con los principales exportadores de materias primas vía BRICS, es de esperar que el RMB aumente su capacidad internacional incluso aunque todavía esté muy lejos del dólar estadounidense.Un indicador clave que pasa muy desapercibido es que el comercio mundial de derivados en RMB está experimentando un considerable crecimiento, sobre todo a través de Hong Kong (Darryl Chan, Keynote Address at the ISDA Derivatives Trading Forum Hong Kong, 27 de septiembre de 2023).

No obstante, la tendencia hacia la “desdolarización” aún no se ha traducido en un RMB fuerte. Los inversores están preocupados por las perspectivas de crecimiento de China, que ha salvado el 2023 con unos datos razonables (5,2%, ligeramente por encima del objetivo oficial del 5,0%), habida cuenta de la situación tan delicada que está experimentando su mercado inmobiliario y en consecuencia su banca doméstica.

China está relajando su control de capitales por lo que la mayor tolerancia hacia movimientos del RMB implicará más dinamismo a sus flujos de capital, incluido el comercio de bienes y servicios y la inversión extranjera directa. A pesar de la relajación en el control de capitales que viene experimentando China desde hace relativamente poco tiempo, no debería subestimarse la determinación de Pekín para llegado el caso frenar la volatilidad cambiaria y mantener la estabilidad financiera. El papel de la intervención gubernamental es muy difícil de medir. El Banco Popular de China puede intervenir en cualquier momento para frenar un exceso de volatilidad, pidiendo a los bancos comerciales que vendan dólares y compren yuanes, especialmente porque China ha acumulado grandes depósitos en moneda extranjera.

En definitiva, como se pueda observar, responder a la pregunta que da título a este artículo es francamente complicado porque analizar el renminbi es,en la práctica, una ciencia que podría decirse hasta cierto grado “esotérica”, pues no es suficiente conocer los tipos de cambio al contado, los mercados a plazo, los depósitos en el extranjero y la conversión neta de divisas del RMB en una plaza como Hong Kong, sino también lo que se puede inferir de las actuaciones y regulaciones del gobierno centraly del Banco Popular de China, muchas de ellas comunicadas y accesibles pero sobrevenidas, y no pocas veces mediando datos públicos fragmentarios y deslavazados, sobre todo a nivel provincial y local. Recordemos que hay corporaciones financieras locales con sus respectivos vehículos de inversión y financiación de áreas metropolitanas y conurbaciones mucho más grandes y pobladas que gran parte de los países europeos. A lo que se suma la dificultad del idioma y la escasez de traducciones fiables de gran parte de la documentación oficial.

En todo caso, el superávit comercial de bienes es el factor clave detrás de las entradas de capital en China. Como las exportaciones superan ampliamente las importaciones de bienes y esta tendencia se mantiene en los últimos años, la conversión cambiaria de los exportadores es un apoyo crucial para el RMB, sin olvidar la evolución de los precios de las materias primas.

A este respecto, el proteccionismo estadounidense desde tiempos de la guerra comercial de Trump -continuada firmemente por Biden (a costa de golpear a la economía de Europa occidental)-, tiene por objeto precisamente cortocircuitar la dinámica pujante de la economía china, incentivando a su vez la reindustrialización de la economía norteamericana. Por este motivo, sea quien sea el inquilino de la Casa Blanca en enero de 2025, la orientaciónproteccionista de EE.UU. proseguirá, e incluso podría intensificarse. En este sentido, el gobierno de Xi Jinping tendrá que tomar medidas severas que seguramente aumenten el riesgo geopolítico general. Si Washington quiere preservar la hegemonía del dólar tiene que limitar la capacidad de crecimiento de sus rivales, evitando una hipotética yuanización de algunos sectores industriales y áreas geográficas estratégicas a nivel mundial.

Podemos terminar esta reflexión con algunas conclusiones. El debate de fondo es el grado en que se irá produciendo la desdolarización de la economía mundial y si el renminbi está en disposición de ampliar su cuota como divisa de reserva y en el mercado de pagos transfronterizos. Por el momento, a China le interesa un yuan débil para poder seguir siendo una potencia exportadora, máxime cuando las últimas medidas de Pekín van orientadas a preservar el músculo manufacturero. La respuesta de EE.UU., con indiferencia de lo que suceda en las elecciones presidenciales de noviembre, apunta a que las entradas de capital en China se resentirán, a la par que puedan resentirse también muchos activos chinos vinculados al mercado inmobiliario. No obstante, a diferencia de las autoridades financieras y monetarias de los países occidentales, el Banco Popular de China tiene la capacidad para disuadir drásticamente los movimientos bruscos de divisas y para intervenir repentinamente si los flujos de capital continúan presionando los tipos de cambio.


* Pablo Sanz Bayón ha sido Visiting Researcher en China-European Union Schoolof Law (CESL), centro adscrito a China University of Political Science and Law (CUPL) (Pekín, marzo-mayo, 2016) y ha impartido docencia y realizado actividades de investigación en University of International Business and Economics (UIBE), con sede en Pekín, en los años 2017, 2019 y 2021. Asimismo, ha sido ponente invitado en el “2nd International Forumon Cross-Border E-Commerce and Dispute Resolution”, celebrado en Zhejiang University (Hangzhou, 2018).

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