Por eso, tener un buen sistema informático que ayude a la realización de las correspondientes tareas es fundamental para la administración de todo laboratorio. Vivimos en una era digital, en la que la tecnología se ha convertido en pilar fundamental de la vida cotidiana. Esto incluye distintos ámbitos de trabajo, como los laboratorios, en los que hay muchos valores, variables y datos en general que necesitan gestionarse de una forma eficiente y confiable, y los avances tecnológicos han venido para solucionar esa necesidad.
Esto se puede ver en el sistema LIMS (Laboratory Information Management System), o sistema de gestión de información de laboratorio. Con esta herramienta, quienes laboran en los laboratorios han podido mejorar la eficiencia en su trabajo y administrar de una forma eficiente todos los recursos e información.
¿Qué es un LIMS?
Un LIMS o sistema de gestión de información de laboratorio es una herramienta informática configurable, desarrollada específicamente para las tareas de administración de informaciones y datos dentro de un laboratorio.
Si bien en un principio no eran más que repositorios de datos, hoy en día han evolucionado y ahora cuentan con funciones para el manejo eficiente de esos datos, la evaluación de los mismos, la integración con diferentes instrumentos y la gestión de los inventarios.
Esto, sumado a la capacidad de optimizar e, incluso, automatizar diferentes procesos dentro de un laboratorio, estos sistemas se convierten en herramientas altamente eficaces, de gran utilidad.
Lo que se busca es facilitar las operaciones que se realizan dentro de un laboratorio, aumentando la eficiencia, al mismo tiempo que se reduce el esfuerzo humano y se evitan posibles errores e inconsistencias entre las informaciones y los datos.
Además, con un sistema LIMS, al automatizar tantas tareas, se obtienen muchas ventajas como reducir los costes de operatividad, generar informes basados en los datos introducidos u obtenidos, y mantener siempre calibrados todos los equipos para asegurar su óptimo funcionamiento.
Uno de los componentes principales y más utilizados de un LIMS es su sistema de gestión de muestras, el cual permite hacer un seguimiento más detallado de todas las muestras que se analicen, desde su obtención hasta la generación de su informe o eliminación, de ser el caso.
Gracias a esto es posible garantizar la seguridad de todas las muestras y obtener toda la información necesaria de cada una de ellas.
¿Cómo funciona un LIMS?
Si bien es un sistema altamente poderoso, comprender cómo funciona un LIMS en forma general no es tan complejo. Todo empieza cuando un operario realiza el registro, introduciendo todos los datos como el tipo de muestra, fecha y lugar de recolección, etc.
Una vez realizado el registro, la muestra sigue su curso natural dentro del laboratorio y mientras va pasando por diferentes etapas, toda la nueva información es recogida y almacenada de forma segura y automática por el sistema. De esta forma, es posible acceder a todos los datos que se vayan obteniendo de la muestra.
Además, el LIMS le asigna a cada recolección un código de barras único que servirá para obtener rápidamente diferentes datos, la historia y el registro de avance y evolución de cada una de ellas.
Estos sistemas también suelen contar con alertas que notifican a los técnicos de cualquier defecto o inconsistencia que pueda presentarse, de forma que puedan ser corregidos lo antes posible y así minimizar el margen de error.
Finalmente, estos sistemas de gestión realizan la tarea de generar informes y realizar diferentes tipos de análisis en los resultados obtenidos, según hayan sido programados por los técnicos. Así resulta mucho más fácil realizar una investigación más exhaustiva en las muestras, facilitando la toma de decisiones y mejorando la calidad de los procesos.