El repunte inflacionario en todas las lecturas menos la mensual general, pone en un aprieto a la Reserva Federal. No obstante, la parte positiva es que la inflación subyacente sí refleja un dato inferior al anterior, pero se compensa negativamente con la lectura del IPC general. No es una noticia exageradamente negativa ya que el repunte no es muy alto, pero ratifica el escenario de inflación pegajosa.
El shelter sigue siendo una importante variable en el estancamiento inflacionario, a la vez que el efecto base de la reducción en energía permite que el repunte no incremente mucho más de lo esperado.
Este dato refuerza la postura de prudencia de los banqueros centrales, las expectativas de recorte de tipos para mediados de año continúa siendo un debate. Ahora más que nunca, el data dependent vuelve a ganar protagonismo ante un escenario incierto en la evolución de los precios.